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Consolidando la democracia

       Por Diego León Caicedo Muñoz

“La democracia se trata de votar y se trata de un voto mayoritario, y es hora de que empecemos a ejercer el proceso democrático, Debbie Stabenow.

     El pasado 29 de mayo un buen número de colombianos cumplió una cita importante con la democracia y diez fueron los mensajes enviados a través de las urnas:

       Primero: los ciudadanos empezaron a entender que la herramienta más valiosa en una democracia es el voto. La abstención se redujo a 45,09%, no es muy relevante, pero es la más baja en los últimos 20 años, no obstante, sigue siendo una cifra muy elevada.

      A pesar de no ser una sociedad educada en principios y valores democráticos, un grueso importante de la población comprendió que dejar las elecciones de los gobernantes en manos de unos pocos y de los políticos es una afrenta a la estabilidad institucional. Sin embargo, aún falta un camino largo por recorrer.

       Segundo: los partidos políticos tradicionales que por años lideraron mediante sus ideologías, pero también a través de sus componendas, fueron castigados fuertemente. Estas organizaciones ya venían desahuciadas y el pasado domingo firmaron su acta de defunción. Aquellos tiempos en donde eran fuente de inspiración ideológica y de cohesión para el logro de grandes objetivos feneció. El arraigo proclive a la corrupción y la oportunidad constitucional de recoger firmas para acceder a cargos de elección popular catapultaron su liderazgo.

       Tercero: las maquinarias políticas recibieron tremenda reconvención del electorado. Aunque aún funcionan, también se vislumbra un ostensible declive. En estas elecciones no impusieron su agenda de voto, ni siquiera el Pacto Histórico, que pretendió ganar en primera vuelta. Así quedó demostrado con los 6 millones de votos de Rodolfo Hernández.

        Cuarto: la mayoría de colombianos están hastiados de la corrupción y la impunidad reinante en el país. Todos los candidatos siempre utilizan el mismo caballo de batalla, “acabar con la corrupción”. Entonces, sí todos utilizaron el mismo eslogan, ¿por qué Hernández obtuvo tanto voto? Porque no pertenece a ningún partido político, no utilizó maquinaria alguna, los proyectos para combatir la corrupción afectan a todos los políticos, como el de presentar una reforma, que no será nada fácil, para que los congresistas solo puedan acceder a dos periodos no reelegibles y, por último, el lenguaje chabacano utilizado le gusta al común de la gente, y queda en el ideario social.

        Quinto: Aunque sacó ocho millones de votos y ganó en primera vuelta, el discurso de odio y lucha de clases utilizado por el candidato de extrema izquierda no le ayudó mucho. La mayoría de colombianos no comulga con este vetusto sistema de hacer política. Como la posibilidad de llegar al socialismo del siglo XXI no es ningún invento politiquero, la preocupación de la gente se hizo sentir. Petro lleva el Foro de Sao Paulo a sus espaldas, así se quiera desmarcar del mismo a través de sus trinos.

         Sexto: La población está saturada de los enfrentamientos entre los extremos y por eso la segunda opción en el primer round con expectativa de ganar en segunda vuelta, fue el centro con matices combinados. La izquierda recalcitrante no ha estado regentando el ejecutivo a nivel nacional, pero llevan muchos años dentro del establecimiento, en el congreso, en las gobernaciones y en las alcaldías, tanto derecha como izquierda han usufructuado el almíbar del poder, aquí es donde se centra el continuismo. 

         Séptimo: Ganó el populismo, uno de extrema izquierda y el otro desvinculado de corrientes políticas, pero al fin y al cabo populismo. Definitivamente este termino aplicable en todo el mundo pretende ganarse la popularidad entre las masas, manifestando lo que la gente quiere escuchar, amanecerá y veremos.

        Octavo: El verdadero cambio se hubiera producido con el voto en blanco, pero desafortunadamente se quedó solo en 366.433 sufragantes, el 1,73%. Es una valiosa expresión del disenso con efectos políticos, pero en la primera vuelta presidencial, ya en la segunda no tiene consecuencias jurídicas y cumplirá un papel simbólico. La gente no es tan anodina para creer que el cambio se produce con personas de la talla de Roys Barreras, Armando Bennedeti, Piedad Córdoba y muchos afiliados al continuismo.

        Noveno: el discurso antiestablecimiento, anticontinuismo, antipaz y antiuribista de la extrema izquierda se acabó con la entrada en segunda vuelta del candidato Hernández, ya no pueden seguir con el mismo cuento, ahora que se inventarán para desprestigiar y buscar analogías para quemar al contrincante. Rodolfo no se encuentra etiquetado en ninguno de los antis y algunos puntos del programa de gobierno, guardadas las proporciones, se asimilan.

Décimo:  quedaron con tanque de oxígeno los caciques o varones políticos regionales. El patronazgo está perdiendo autoridad, llevamos más de dos siglos con este karma, y esperamos que en un futuro muy cercano se quede en los anales de la historia.

 

 

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