Diálogo permanente Estado-Nación: Un objetivo constitucional del proyecto político Fundelt

       La gran importancia de uno de los seis objetivos nacionales constitucionales que propone Fundelt al nuevo gobierno mediante el proyecto político estratégico  “Reunir”: El diálogo permanente Estado-Nación.

Ing. M.Sc. Rosa Lia Medina d’Lopez

     Miembro del Equipo Fundelt # 01 -Planeación, Dirección estratégica, Evaluación.

        En tres anteriores escritos con fines de  socialización por este medio del Proyecto Político-Estratégico “REUNIR” de FUNDELT, se puntualizaron brevemente aspectos históricos determinantes del actual desarrollo económico en Colombia, la diferencia de enfoque de los factores  aceptados como los principales generadores de la riqueza en cualquier emprendimiento, así como  su comparación con los países de casi simultánea colonización europea en nuestro continente y la compleja influencia de los desarrollos iniciales en la época de gobiernos coloniales sobre las actuales economías de la gran mayoría de países latinoamericanos, la de los gobiernos durante  las campañas de independencia de las monarquías europeas y los posteriores ensayos de gobiernos de partidos políticos y de estructuras locales.

      Hoy debemos mencionar como muy válidas las opiniones de muchos acertados profesionales colombianos analistas del desarrollo económico, quienes desde hace por lo menos cuatro o más décadas han venido afirmando que los poderes legislativo y ejecutivo de nuestro país han estado alejados de los ciudadanos, que no consultan en verdad a las comunidades para la toma de decisiones, a pesar de su declaración de actuar bajo los postulados de la democracia representativa y participativa, pero que en realidad han estado muy influenciados por un sistema político clientelista y mercantilista e ilegalmente manejados por personajes que restringen la participacion de toda la ciudadanía.

      Olvidando así, que los gobiernos con todas sus entidades, son solo delegados para el ejercicio administrativo de los recursos económicos provenientes de los impuestos aprobados para suplir las necesidades colectivas, colocados en sus manos para un efectivo y eficaz manejo, verificable y controlable, con total responsabilidad civil y penal para ello y  sin necesidad de la inmensa red de onerosos controles por demás ineficaces, Contraloría, Procuraduría, Aduanas, Control de Cambios, Administración de Impuestos, etc. etc. puesto que de haber funcionado realmente, podían haber hecho de Colombia un país sin fraudes y con gran eficiencia administrativa.

      El Proyecto político-estratégico “REUNIR” de FUNDELT plantea, entre sus seis objetivos  a proponer como normas constitucionales  permanentes,  el “Dialogo Estado-Nación,” del cual se desprenden claras políticas de Estado de largo plazo pero ajustables según prioridades económicas y unas políticas de gobierno de turno según necesidades más urgentes.

       Desde luego, entendiendo que, el Estado somos todos los ciudadanos, con el gobierno y todas sus entidades administrativas y el poder legislativo con todos los ciudadanos elegidos como representantes de las diferentes agrupaciones políticas, e inclusive el sistema judicial como debido intérprete de toda normatividad, de toda posible transgresión y de toda justa resolución.

       Históricamente, los empresarios colombianos han tratado de desarrollar el modelo económico productivo capitalista, pero no son afectos a los procesos productivos que les generen el más pequeño riesgo negativo, que los obligue a apartarse de métodos muy probados, razón por la cual se suceden fenómenos cíclicos de saturación de emprendimientos que conducen al consabido intervencionismo gubernamental por medio de reglamentaciones y tramitologías,

        Además, para mantener múltiples formas de discrecionalidad y control al otorgar contratos, de regalías y de concesiones, en lugar de unas convenidas, lógicas y simples regulaciones, que eviten monopolios y distorsiones en la calidad de los productos y/o servicios, lo que eventualmente también podría resolverse con ágiles y preconcertados Tribunales de Arbitramento.

       Es necesario reiterar, que no es el gobierno el que genera el desarrollo, sino las múltiples iniciativas ciudadanas que producen riqueza. Ya sea por la actividad de pequeñas o medianas empresas para la subsistencia de las personas, o por grandes proyectos, que debidamente ejecutados con la precisión y control que permiten los modelos matemáticos de simulación,  pueden generar no solo el cumplimiento total en sus rutas críticas sino el buen resultado de un despegue socio-económico para toda la población y todas las áreas de la economía,  claro está, si los gobiernos dejan de ser un obstáculo y se transforman en su  debido y decidido apoyo.     

      Permitir el incremento del tamaño y discrecionalidad gubernamentales, conduce a que el elegido para dirigir a un país, lo controle por completo y se apropie de él. Y, existen evidentes e increíbles ejemplos al respecto en países vecinos en este continente.

       Por lo tanto la presencia de inversiones foráneas para el desarrollo económico de Colombia, no deben verse solamente, como la posibilidad de una alternativa de la incapacidad empresarial de los nacionales, sino que deben contar con las mismas regulaciones, facilidades, estabilidad política, económica y jurídica  en convenios claramente diseñados y  definidos para inversión extranjera en mega-proyectos de desarrollo social, que por su naturaleza y alcances, signifiquen simultáneamente la promoción empresarial en todas las áreas de la economía.

       Después de más de 500 años de actividad productiva desde la época colonial, en Colombia, no se ha logrado un desarrollo económico efectivo y satisfactorio para toda la población y el análisis del futuro inmediato indica, que si no se cambia el enfoque de los factores generadores de riqueza en forma rápida hacia un Modelo Económico altamente productivo, no hay posibilidad de un verdadero cambio en el actual estado de cosas, para el bienestar de toda la población.