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Rajados en seguridad vial

      Por Diego León Caicedo Muñoz

      “Las personas deberían tener miedo de fallecer en las vías, porque los siniestros viales son tan peligrosos como la covid-19”, Jean Todt.

      Según el balance anual del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, en el 2021 murieron en Colombia 7.270 personas, constituyéndose en el peor de los últimos tres años. Dentro de los fallecidos, 4.312 eran motociclistas, 1.566 peatones, 852 usuarios de vehículos y 471 ciclistas. Más de 30 mil personas resultaron heridas.

      El saldo es alarmante y preocupa sobre manera a los ciudadanos en general, hasta el punto de considerarse un peligro salir a la calle, ya sea a pie, en bicicleta, en moto o en carro.

        El gobierno anterior se comprometió con la Organización Mundial de la Salud y la ONU, a reducir en un 50% las muertes y lesiones causadas en accidentes de tránsito al 2030. Los siniestros viales se convirtieron en la segunda causa de muerte violenta en el país y las cifras del 2021 no le ayudan mucho a las autoridades en el logro del objetivo.

        Según datos proporcionados por el Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT) y el Registro Nacional de Accidentes de Tránsito (RNAT), los accidentes viales de los últimos años en Colombia han afectado en su mayoría a motociclistas de todas las edades.

        En el 2021 se matricularon 725.981 motocicletas, con un crecimiento del 40% respecto al 2020. Es increíble la cantidad de motos que se compran cada día en Colombia, las razones saltan a la vista; bajo costo, poco consumo de combustible y desplazamientos en menor tiempo.

        Este último motivo se ha convertido en un dolor de cabeza, para los peatones, conductores de vehículos y para los mismos motociclistas respetuosos de la seguridad vial. En todo el país los conductores de moto toman el trayecto incorrecto en las calles de las ciudades y pueblos, circulando por los espacios entre vehículos, adelantando por la derecha y moviéndose de forma incontrolada entre carriles. Los conductores tienen que tener mucha habilidad para no atropellarlos, y los peatones, igualmente, para no ser arrollados por estos.

       La tapa de la irresponsabilidad de los motociclistas la viví la semana pasada en Santa Marta. No existe el mínimo respeto por la vida, son suicidas que se pasan los semáforos en rojo de manera permanente, hacen cruces prohibidos, conducen por los andenes, no usan casco y transportan hasta tres personas más. Exacerba esta imprudencia el mototaxismo, contando con el beneplácito de las autoridades.

       Según un informe del Banco Mundial, una persona al volante en Colombia tiene cuatro veces más probabilidades de morir en un accidente de tránsito, que un conductor en España o Gran Bretaña. Las causas entre otras son: exceso de velocidad, conducción imprudente, distracciones, violación de las señales de tránsito y la circulación de vehículos sin los estándares de seguridad. Medicina Legal corrobora las muertes, así: por exceso de velocidad, (45%), por desobedecer señales de tránsito, (42%), por embriaguez, (4%) y por conducir en contravía, (3%). Para colmo de males, nuestra pobre infraestructura vial agudiza la problemática. 

       Según FASECOLDA, gremio asegurador, solo el 16% de los usuarios de vehículos en Colombia tienen en cuenta los estándares de seguridad de la ONU WP29 en el momento de la compra. Se estima que 4 de los 10 carros nuevos más comprados en Colombia no protegen adecuadamente a sus ocupantes y mucho menos a los peatones. Las autoridades hacen absolutamente nada para evitar que esos vehículos se vendan en nuestro país.

      Toda esta situación es considerada un problema de salud pública, los accidentes viales cuestan alrededor de 1% del PIB del país, debido a los costos de tratamiento médico y a la perdida productiva de quienes mueren o quedan discapacitados por sus lesiones. Lo más grave es que no hay espacio, ni recursos médicos para llevar a cabo buenos procedimientos de recuperación.

       Jean Todt, enviado de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial en Colombia en una entrevista para la revista Semana, respaldó el proyecto de ley que busca reducir el número de accidentes y muertes por siniestros viales. El proyecto establece el mejoramiento de la educación vial, el ingreso de vehículos que cumplan con los estándares de seguridad, una infraestructura segura y adecuada para la movilización de toda clase de vehículos, y una mejor atención después del siniestro.

        Tenemos un retraso enorme de 34 años en materia de seguridad vial en relación con países europeos como España. Para reducir esta brecha es indispensable generar un cambio cultural a través de la educación, como lo prevé la norma que se proyecta en el congreso. La responsabilidad es dual, tanto del Estado, como de la ciudadanía.

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