Colombia clama por un partido político transformador, con estrategia, organización, ideología e identidad.
Viernes 8 de diciembre de 2023
Editorial N° 15
Colombianos: Les habla Luis Alberto Villamarín Pulido
“La política es como la guerra, pero sin sangre. Y la guerra es como la política, pero con sangre” enseñaba Mao Tse Tung a los integrantes de su partido en China.
Y agregaba: “Debemos ser fuertes donde el adversario es fuerte, pero también fuertes donde el adversario es débil”
Parafraseando el argumento de Napoleón Bonaparte: “La guerra es un arte sencillo y sobre todo ejecución, de la propia cosecha diríamos: “la política es una estrategia sencilla, pero sobre todo de ejecución”.
En otra ocasión Napoleón afirmó, que durante la paz, el comandante prepara los soldados para la guerra y en ella llevarlos a la victoria.
Se infiere entonces, que los dirigentes políticos preparan a los militantes durante periodos preelectorales, para llevarlos a la victoria en las urnas y enseguida ejecutar proyectos transformadores del partido.
Naturalmente, los criterios estratégicos y geopolíticos de Mao y Napoleón, calan en la búsqueda del camino para salir del atolladero e incertidumbre política, generada por Petro y sus antecesores.
Tal ruta es un partido político transformador.
De los dirigentes de las 36 empresas de comerciantes de votos autodenominadas partidos o movimientos políticos, los colombianos solo podemos esperar para los comicios de 2026, corrupción, componendas, amiguismos, y obviamente, carencia de programas, proyectos, planes y políticas de Estado porque no hay objetivos nacionales.
La hoja de ruta para construir ese partido, incluye formación de identidad con pertenencia y compromiso; ideología concreta; estrategia de edificación para proyección institucional; y estructura organizacional alrededor de proyectos de Estado, no de candidatos autoimpuestos.
Quedan dos años para materializar ese trabajo. Al final del ejercicio, se eligen entre todos los aspirantes a los mejor perfilados, previo consenso de calidades y requisitos. Por ahora, todos como abejas obreras de la colmena, orientados por una dirección provisional, enfocada en construir cultura política individual, que conduzca a la cultura organizacional, enfatizada en el compromiso, la lealtad y el trabajo en equipo… Todo el tiempo… Sin pausas ni egocentrismos.
No olvidemos: Colombia clama por un partido político transformador, con estrategia, organización, ideología e identidad.
Manos a la obra.