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Se sabía por conexiones

Por Iván González

Cuando el presidente de los Estados Unidos reaccionó rabiosamente contra las fuerzas talibanes en Afganistán por la destrucción de las Torres Gemelas, se hizo evidente que sería otra derrota igual a la de Vietnam.
Pero Vietnam es la más inmediata, pues no hacía muchos años que los rusos ya habían sufrido esa misma experiencia. Y los británicos habían estado en lo mismo tan solo cien años antes.

Cuándo el colonialista imperio británico dominaba la India, temía que el poderoso zarismo ruso continuará su proceso expansionista a través Afganistán para apoderarse de la India.

Intención que ya había demostrado con su desplazamiento hacia el Oriente, tomando territorios de influencia mongólica y China, para afianzar su control hasta las costas del Pacífico.

Pues tenía graves problemas para comerciar con la China y demás países del Asia Central de la comunidad Tan, por el asalto de las caravanas en los pueblos que constituían el actual Afganistán.

Región, porque aún no era nación, que estaba influenciada por Gran Bretaña pero sin la suficiente fuerza para controlar esos pueblos primitivos y bárbaros que vivían del saqueo.
Razón por la cual Inglaterra presionaba políticamente al mandatario local para qué sometieran a las tribus primitivas de salteadores pero sin resultados.

El interés de Inglaterra no era ni siquiera de explotación colonial sino para disponer de una zona intermedia que, supuestamente, le sirviera de contención a las intenciones rusas sobre su valiosa y gigantesca colonia de la India, que le aportaba abundantes recursos.

Ante el dilema de los ingleses entre una costosa toma militar de ese territorio y el provocar una guerra con la Rusia zarista, decidió negociar con los afganos una convivencia pacífica. Basada en el apoyo económico al gobierno local para cumplir con la función de contener a los asaltantes del comercio.

Pero Inglaterra sabía qué esa situación también era económicamente insostenible por largos años.
Entonces se presentó una ocasión casual y muy favorable para llegar a un acuerdo amigable entre rusos e ingleses.

Venezuela tenía una disputa con la Gran Bretaña por el territorio Suramericano del Esequibo.
Acordaron nombrar una comisión de arbitramento integrada por cinco miembros, donde el presidente era un ruso y con derecho a voto. Dos eran británicos y los otros dos norteamericanos.

El delegado ruso desplegó una acción de mutua conveniencia con los dos británicos. Ya que su voto daría la mayoría para un favorable fallo a los ingleses en esa primitiva, incivilizada y remota región de Suramérica.

A cambio de un acuerdo amigable en favor de los intereses rusos por el Asia Central. Así se negociaban las disputas entre potencias por el colonialismo mundial.

Venezuela desconociendo qué existía un gran interés de los rusos por los territorios asiáticos en manos de los británicos aceptó dicha presidencia. Sin identificar que sería en contra de su derecho al Esequibo.

Los rusos y británicos se pusieron de acuerdo para favorecerse mutuamente. Rusia dando a Inglaterra el Esequibo, a cambio de que Inglaterra se retirase de Afganistán.

Dejando, por parte de ambos, libre a ese pueblo para que se constituyera como nación independiente. Siguiendo el ejemplo de cómo hizo el Libertador con Bolivia años antes.

Los británicos se liberaban de los costosos subsidios y se evitaba una confrontación con los rusos por una desértica e improductiva región. Aunque algo de riesgo corrían con la India pero aseguraban en Suramérica un tierra más rica que las asiáticas.

Claro que también con ventaja para los rusos por ser fronteriza y a la mano, en caso de que fuese necesario ejercer dominio militar completo, cómo así lo hizo años después, cuando la invadió para castigar sus desmanes sobre la Ruta de la Seda.
Pero ya sin la amenaza de la reacción británica, porque para ese momento la India habría dejado de ser una colonia inglesa, como también sucedió. La estrategia es el arte de prever, planear y programar en el presente que las cosas sucedan con la mayor certeza en el futuro.

Mientras que para los británicos esas amenazas estaban lejos de su isla europea. Así le sirvieran de algo, en esa época como tierra de nadie, para mantener a los rusos alejados de la India.

Así fue. Entonces Inglaterra ganó su colonia en Suramérica, qué le era más valiosa que esa pobre y primitiva nación del centro del Asia.
Y Venezuela perdió toda oportunidad de tener el Esequibo que, según ella, le pertenecía por él pacto del Utis Possidetis Juris. Pero esa es otra historia.

De todas formas Afganistán, desde sus comienzos, ha sido un foco de conflictos tantos para las potencias como para los comerciantes y la economía asiática. Igual a los antiguos conflictos de la China con Mongolia. Razón de la gran muralla.

En conclusión. El dominio militar de ciertas naciones no es lograble sólo apunta de fuerza militar, que es tan sólo una solución temporal.
Se requiere además de las armas y fundamentalmente de una transformación cultural de la mente humana y del espíritu de los pueblos. Plata para crear progreso y plomo para contener la fuerza. Pan y circo.

Como lo demuestran las experiencias históricas transcurridas desde Atila y su temporal invasión a Europa en los viejos tiempos del imperio romano.

La disputa ruso-británica por Afganistán a costa de Venezuela. Después la invasión y derrota rusa en Afganistán. La experiencia norteamericana en Vietnam, la pérdida de su aliado Irán y, ahora, la vergüenza en Afganistán.

Las acciones norteamericanas realmente exitosas han sido la de la Segunda Guerra Mundial a cambio del tesoro británico. Las usurpaciónes del Norte de México y la del istmo de Panamá a Colombia. Por ambición territorial y por nuestra absoluta imposibilidad de defender la soberanía nacional.

Por las lecciones históricas, la salida sin pena ni gloria de los británicos, los rusos y los norteamericanos de Afganistán, eran destinos bien conocidos desde sus comienzos. Y más cuando se reaccionó airadamente por la destrucción de las Torres Gemelas.

El principal factor de dominación del ser humano siempre ha sido el de la mente, así parezca que se logra completamente con la espada pero sin adoctrinar la mente.

Otra evidenciate de ello es que ni siquiera Roma pudo someter a unos incipientes y pocos cristianos.

Que después han dominado por dos mil años en muchas partes y a más de mil millones de feligreses en todo el mundo. Pues el imperio romano pereció y la Iglesia cristiana perdura. Es la primacía de la mente sobre el gladio.

Pero si son los dos, siempre es mejor: Operaciones militares y acción cívica. Mano de hierro sobre corazón grande. Quizás esto nos recuerde algo de dos gobernantes colombianos. El primero militar de mitad del siglo XX. El otro civil de comienzos del siglo XXI.

Jamás podemos pensar que lo que sucede al otro lado del planeta no afecta nuestros intereses. Cómo nos acontece con Norcorea. Una guerra en latencia pues no ha cuminado. Donde no hay ganador ni perdedor y por ello la paz no se ha firmado.

Geopolítica del Asia Central

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