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Repensando el proyecto de sociedad

Por Patricia Vanegas A.

Analista Política

Resumen

La construcción de nuevos vínculos, liderazgos y formas de relacionamiento Estado–Sociedad, reclaman una tarea inaplazable para garantizar el desarrollo de propuestas alternativas que revienten el resorte de la confrontación y la oposición política, haciendo posible la vida y el bienestar después de los coletazos históricos de la pandemia y la concurrencia de crisis que sobrellevamos en el mundo.

En Colombia es impostergable el fortalecimiento de nuevas formas de organización y expresión de la Sociedad y la reconfiguración de un renovado modelo de gestión pública propio de gobiernos con altura política, administrativa y societal.

Repensando el proyecto de sociedad

El tan anhelado desarrollo social se ha visto interferido por las diferentes manifestaciones de crisis que aumentan la brecha y la inundan de sangre, lágrimas, pérdidas, ausencias y carencias. Hoy se suma un desastre biológico como la Pandemia, a este desolador panorama mundial.

Es como si a la crisis del modelo de desarrollo se le uniera una complicación más crítica y es el exterminio de la especie. Justo cuando el libre mercado, el debilitamiento de la acción del Estado, la disminución de su intervención con la debida reducción del gasto social y el desmoronamiento de las políticas sociales era el llamado de las tendencias globalizadoras y de los postulados neoliberales, se levanta una ola pandémica que declara en emergencia sanitaria hasta a los más intocables y empieza a reclamar lo contrario: Estados actuando, interviniendo, amparando, reparando y salvaguardando la vida de las personas.

Es irónico y esperanzador a la vez, saber que la muerte de cada ciudadano es el principio de la muerte de la economía de un país. La conocida racionalización de la vida social y el individualismo creciente que llegaron con la modernidad hoy se ven enfrentadas a una nueva trazabilidad de las formas que se imponen actualmente para la relación con el mundo a partir de la razón quebrantada, enferma, agónica y rodeada de un silencio sepulcral, en el punto de quiebre de la muerte. La razón hoy es Sobrevivir Unidos a la debacle de la enfermedad del cuerpo humano y a la debilidad de la sociedad.

Un proyecto de sociedad requiere de modernidad y de modernización. Y hoy el espejismo social, nos hace pensar que con los avances tecnológicos y científicos nos basta.

Mientras tanto la crisis política y social nos recuerda que estamos a una rayita de la banca rota, que estamos destrozados ideológicamente y adoloridos espiritualmente buscando el suicidio y el sinsentido en cada instante y en cada ruido.

Silencio. Lo necesitamos para repensar el proyecto societal. Es un proceso complejo de transformaciones que deben ser progresivas y generadoras de vida, bienes, servicios, valores y edificaciones altamente rentables para el bienestar y la felicidad.

Implica disolver estructuras de muerte y pensamientos alienados de autodestrucción. El poder de las ideas dispuesto a construir colectivo, consolidar ciudadanías, promover la libertad e impulsar la equidad, la igualdad y los derechos.

Es importante reconocer el valor político de la educación, de la difusión del arte y la cultura, el fomento de los saberes especializados para alcanzar la evolución necesaria y todo aquello que sume a la construcción de sujetos sociales, humanizados y renovados en el compromiso de edificar sociedad y consolidar Estado, como la dinámica propia de las esferas de lo público social y lo público político-estatal.

Una esfera y otra deben contar con la dinámica suficiente que muevan los intereses, los poderes, los recursos, las voluntades y las fuerzas, vencedoras en la disminución de la brecha social. Nos está asfixiando el hueco, el vacío y el extremismo sin mesura política.

Lo emancipatorio, lo expansivo, lo restaurador, lo democratizador, lo común, seguirán siendo puntos de intersección social y política en tiempos de oscuridad, donde la luz, está puesta en la redefinición de un pacto social basado en las normas del derecho, reglado por el orden redistributivo y ordenado por las agendas societales priorizadas.

Sigue siendo una verdad, así se aleje de la realidad por momentos históricos, que el desarrollo necesita de derechos fundamentales y de la democracia. Como ejercicio, como plataforma, como pensamiento, como pilares.

Hay que construir la casa, para organizarla y luego habitarla. La construcción es colectiva, porque el viento huracanado que nos la tiró al piso fue devastador.

De nada nos vale imponer el desarrollo económico y tecnológico si nos seguimos matando en la calle, atacándonos por la espalda y aniquilándonos a hurtadillas. Hoy hasta la más refinada racionalidad capitalista está herida de muerte, hoy el tejido político está destruido, hoy la organización social y política está adolorida y fatigada y lo peor, es que todos estamos perdiendo. Se está universalizando el caos y propagando la fragmentación. Estamos hechos pedazos. Recomponer lo púbico para reconfigurar lo social, es urgente.

Convocar lo social para refundar lo político, es improrrogable.

¡Demos pues comienzo a nuestro encuentro para pensar en voz alta…gracias por esperarme!!Notas de Cuaderno

Cada artículo pertenece a un Cuadernillo de Trabajo del proceso de formación de la Escuela PRISMA para líderes sociales y comunitarios en Colombia

Excelencia, Liderazgo y Transformación

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