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Solo nos queda exigir grandeza

    Por Coronel Alberto Restrepo Arboleda.

    No es un secreto el descontento popular, por la seguidilla de escándalos y hechos de corrupción, que rodean y tiene en serios aprietos a este sainete gubernamental. La ausencia de liderazgo y estrategias políticas, que se pensaban, serian una lección de impeccabilen pertractio, (impecable manejo),  dada la impaciente espera y experticia formada a través de la  crítica por tantos años de oposición, parecen haber hecho agua, pues el fallido intento de modelar  una coalición de gobierno, signada por el fracaso, dada la poca seriedad entre las partes, llevaron al traste el débil pacto, que junto con el desacuerdo de varios ministros,  y sin nada más que hacer, a la vieja usanza,  la mermelada burocrática se puso a manteles, para apaciguar la horda congresional, quienes ya oxigenados, corrieron a visitar  las regiones, con lista de regalos, para preparar el reto electoral de octubre, y mientas tanto en ciudad Gótica,   los escándalos no se hicieron esperar, Benedetti,  La Sarabia, y su empleada doméstica, nos recordaron también los hechos del señor de las bolsas, la visita a la picota, del hermano de Petro, y la picaresca de que “ese hijo no lo crie yo, historias que harían ver como un cuento de hadas, a Fausto de Goethe, o  La Divina Comedia de Dante.

     Sin lugar a dudas, quienes están recibiendo el favor de tan errático actuar, son la oposición y sus más de diez millones de votantes,  quienes a diario recogen como en cosecha, audios reveladores, que muestran el deterioro moral de una campaña con vicios y toda suerte de artimañas,  videos y   hechos, que son nada más la resultante de la   inmadurez de la izquierda mal preparada,  improvisación constante, falta de ética y principios,  de quien embriagado por el poder, no logra administrarlo, menos  aún orientarlo,  pues en medio de su soledad ególatra y ensimismado en su resentimiento, incumple continuamente la agenda de gobierno, y trastornado por la realidad, no logra coherencia en sus alocuciones que lejos de una elaborada preparación, por respeto a la audiencia, desconciertan por altisonantes,  y provocan  dificultad para su interpretación,  obligándonos  a consultar a los alquimistas, oráculos  y también chamanes,  para que nos revelen su significado.

      El cambio fue solo un discurso de campaña, la paz total, un proyecto cuyo nombre, fue impuesto por los medios de comunicación, que triste que su programa bandera, su hijo, otros le pongan nombre, según dijo Petro y las reformas, políticas, a la salud y laboral, estén ideologizadas, serán estas, el punto de no retorno a nuestra maltrecha democracia y a una economía sólida que gozaba   del respeto inversionista y respaldo de la banca internacional.

       Solo nos queda exigir grandeza y renovar las bases de la mal llamada “Clase Política”, a los partidos y movimientos sociales, a los gremios, a la reserva moral del este país, que son sus policías y militares retirados, rogarles para que se unan en un clamor nacional, junto con los empresarios, y   la sociedad en general, para cambiar el rumbo e instaurar en las próximas elecciones, un Gobierno, que respete la democracia, salvaguardada por Dios, la familia y la Propiedad Privada.

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