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Urge crear escuelas de formación de líderes políticos, para tener partidos serios y estructurados en Colombia

Martes 5 de diciembre de 2023

Comentario Editorial N° 13

Colombianos: Les habla Luis Alberto Villamarín Pulido

Todos los problemas que afectan a nuestra sociedad son de naturaleza política. Por ende, es en la conducción política de las instituciones del Estado, la aplicación de las leyes vigentes y la pulcritud de la justicia, donde residen las soluciones a las problemáticas, surgidas siempre, por la imprevisión, la ineficiencia y la descomposición moral o la ineptitud de los funcionarios públicos.

Uno de los componentes que más incide en la desnaturalización de las instituciones, es la incompetencia profesional de muchos funcionarios públicos, elegidos por voto popular o escogidos por sus caciques políticos, para satisfacer cuotas burocráticas y esquemas de corrupción… no para resolver integralmente los problemas que aquejan a Colombia.

De remate muchas personas con capacidades de liderazgo, conducción y competencia profesional, que pudieran coadyuvar a la búsqueda de la luz al final del túnel, permanecen apáticas, o alejadas de la dinámica política, porque definen este ejercicio como una cueva de Rolando.

Vamos al grano. Un partido político será tan fuerte como fuerte sea la cultura política y estructura moral de sus dirigentes. En tan sensible condicionamiento, Colombia adolece por falta de partidos serios y desde luego de dirigentes estructurados en los dos acápites enunciados.

Tan notoria ausencia de transparente conducción política de la nación, se ha suplido a lo largo de la vida republicana, con caudillos mesiánicos, quienes, en las pendulares y cíclicas crisis, emergen de la sociedad agobiada, prometen lo divino y lo humano, gestionan acciones populistas, pero luego, irremediablemente pasan al recuerdo como hacedores individuales, sin dejar ni escuela de partido ni proyecto sólido para seguir edificando país. Tampoco dejan sucesores, ni programas a largo plazo.

Identificado el cuello de botella, la hoja de ruta, indica un solo camino:

Construir entre todos y con acucioso compromiso, el partido político que se aleje de los caudillos de siempre, de los promeseros causantes de todas nuestras desgracias, y de los populismos extremistas del comunismo armado y desarmado,

¿Para qué?

Para que en contraste coincida con los intereses del pueblo colombiano.

Manos a la obra,

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