300 capítulos de la Memoria Histórica aún no contada del conflicto armado en Colombia

    Por Ingeniera M.Sc. Rosa Lia Medina d’Lopez

     Miembro del Equipo de Direccion Estrategica de Fundelt

     Es evidente la urgencia de mantener una evaluación seria para el mejoramiento continuo de nuestro país, dadas las actuaciones desde la posesión del reciente nuevo gobierno, para poder entender su premura por hacer creíbles y aceptables las “recomendaciones” del parcializado informe, presentado en farragoso documento de 900 páginas, con el increíble costo de cerca de medio billón o sea 500.000 millones de pesos, suscrito por Francisco José de Roux Rengifo, presbítero católico de la Comunidad Jesuita y de ideología comunista, en su calidad de presidente de una comisión que busco previo aseguramiento eclesial, jurídico y político, no explicable si en verdad hubieran tenido el propósito de  una investigación dentro de los cánones metodológicos de cualquiera de las Ciencias Sociales, pero en el cual no solo se omitió la gran mayoría de las verdades verdaderas, que pueden ser consultadas en los videos de las hoy ya 300 emisiones Fundelt y que continuarán sus narraciones en la “Memoria Histórica aún no contada del conflicto armado en Colombia”, grabadas en forma permanente en Youtube-Fundelt  y en la pagina web www.fundelt.com

    Tales videos irrefutables han sido realizados por la Fundación Excelencia, Liderazgo y Transformación – Fundelt, con indiscutible conocimiento y abundantes pruebas de los hechos, demostrando al informe de Francisco de Roux como un  documento sesgado, sin conciencia y sin respeto  de ninguna clase por el Estado y por la Fuerza Pública, por las entrevistas hechas a muchos escogidos como testigos no comprobables, tal vez con el supuesto estímulo de indemnizaciones a cargo del erario público, como suelen reclamar los colectivos de irresponsables y acuciosos abogados defensores, con grandes  intereses económicos sin que le den mayor importancia a la verdad.

     En tal informe dizque para “la clarificación de la verdad del conflicto armado”, aunque en realidad es un claro plan para el nuevo gobierno, reconocido por él mismo firmante con origen en el nefasto Acuerdo Final de La Habana 2016, presentado e impuesto por los delincuentes de las Farc y aceptado por los negociadores del gobierno como: “indisoluble, indiscutible e innegociable so pena de mayores calamidades”, acordado en largo y vergonzosamente oneroso proceso de cuatro años, permitido por el gobierno de turno siempre bajo amenazas y siempre bajo los intereses del narco-terrorismo guerrillero, además de haber sido negado su formato por el plebiscito de octubre 2 de 2016, pero enredado por los mismos delincuentes, por los negociadores y por los legisladores proponentes del increíble “fast track”, proceso no válido para algo tan trascendente, que sin duda exigía el trámite completo existente en la Constitución vigente, el que no permite reformas  sin el procedimiento establecido en ella, y en ese segundo y bllonario  mamotreto, pide De Roux Rengifo a quienes  somos el estado:  ciudadanos y los elegidos para administrar, que se acepten sus “recomendaciones“ como puntos de reflexión.

     En resumen el actual  gobierno no es satisfactorio para todos los colombianos, por las razones enunciadas y porque no les ha sido presentado un claro Plan de Desarrollo verificable y controlable y sus actuaciones inmediatas dejan mucho que desear en el conocimiento del funcionamiento de  la institucionalidad, en la falta de idoneidad  de muchos de los  ministros nombrados; en el aleve ataque de desarticulación de la Fuerza Pública y en la falsa necesidad de una serie de reformas empezando por la misma Tributaria, antes de verificar el Presupuesto Nacional y la  situación fiscal dejada por el gobierno anterior. Lo democrático es construir sobre lo bien construido y no llegar a demoler sin argumentos válidos y sólo mediante fracasadas consideraciones de carácter ideológico, con evidentes ejemplos en varias naciones arruinadas a nuestro alrededor.

     El objetivo de las recomendaciones de la comisión de aclaración de la verdad según su preámbulo es contribuir a definir una agenda de futuro para avanzar en un diálogo sobre las transformaciones necesarias en el país y para poner fin a las confrontaciones armadas que persisten, superar los factores de persistencia y contribuir a la reconstrucción de confianza entre la sociedad y las instituciones para avanzar hacia la reconciliación y garantizar la no repetición del conflicto armado. …y además lo intitulan “Si hay verdad hay futuro“

     “Si habrá futuro” sin duda alguna, conteste por escrito para youtube Fundelt, aunque el encargo de esclarecer la verdad les quedó demasiado deficiente a pesar de las casi 900 páginas; pero el futuro podrá ser cada día más demorado y más complejo en lo político, lo económico y lo social, si en vez de tener un reducido Estado regulador, con Objetivos Nacionales Constitucionales y Políticas de Estado a corto, mediano y largo plazo, con flexibilidad de priorización en programas y proyectos, se sigue creando más burocracia con nuevos ministerios y se siguen costeando sin planes estratégicos medibles y verificables, alianzas y consultas políticas con ficticios partidos, permitiendo extrañas e inmensas narco-financiaciones, eternos y demasiado onerosos “Procesos de Acuerdos Indisolubles”, “increíbles hallazgos con sublimes pero no muy coherentes recomendaciones” y con camuflada cara de enunciados generales para futuros planes,  sin definir fuente  de recursos seguros para su correcto desarrollo en la búsqueda del beneficio colectivo, pero eso si con su correspondiente, bien ubicado artículo transitorio en la Constitución, con solicitud de similar atención a otro grupo narco-guerrillero el Eln.

    Pero sobre todo el futuro será mucho más difícil, si no se controla la terrible pandemia tropical de la corrupción tripartita multi, pluri, policultural o como quieran llamarla en el manejo presupuestal, y por supuesto, si se abandonan los buenos caminos que estructuró el gobierno anterior,  muy a pesar de la sorpresiva  pandemia del Covid 19  y de la absurda y destructiva forma de oposición política, a pesar de la clara existencia de la Democracia Participativa, tan eufemísticamente mencionada por “todos y todas” entre los “iluminados y egregios autores” del nuevo e innecesario tetra-mamotreto de casi 900 páginas, con total  base en el nefasto Acuerdo Final de la Habana y convertido en el Acuerdo del Teatro Colón a pesar del plebiscito negativo  y con base en  el viejo manifiesto de 1992 de la Coordinadora Guerrillera autodenominada Simón Bolívar, el que por supuesto se cuidan de no mencionar  como si lo hacen varias veces a lo largo del sesgado informe de De Roux, sobre  el “Acuerdo final de la Habana” 

     Lo que realmente necesitamos es un Modelo de Desarrollo Económico altamente productivo para  el mediano y el largo plazo, aparte de la libertad a las pequeñas y medianas empresas o Pymes, para la subsistencia diaria y para el corto plazo. La Fundación Excelencia, Liderazgo Y Transformación – Fundelt  lo ha repetido ya muchas veces y con propuestas concretas : La reestructuración integral del agro, tanto en la recuperación y conservación del medio ambiente como en  la completa elevación del nivel de vida de la población, desde la capacitación continuada con criterio asociativo y empresarial así como la asistencia técnica en producción, procesamiento y comercialización internacional y nacional , hasta la disposición de servicios básicos en vivienda, educación, salud y movilidad multimodal, inclusive interoceánica, son de hecho la más importante y pronta  solución, en oposición al obsoleto y fracasado modelo de expropiación de millones de hectáreas que recetan para entrega a la agricultura familiar de subsistencia, ensayado en el pasado con nefastos resultados por múltiples  países asiáticos  y existentes aún en países con regímenes autoritarios.

    El informe de Roux, además  insinúa la necesidad de continuar trabajando por largo periodo en el  “registro evolutivo de la historia”, gracias por supuesto  a la  muy fácil remuneración permitida por  la mayor facilidad  tecnológica de cada día y con una alegre propuesta  exponencial de subsidios a cargo talvez solamente de los ahora diez millones y medio de “obligados contribuyentes-opositores”, ninguno entrevistado como válida contraparte en el informe de marras, ni tampoco  los sobrevivientes de la otra cara que tiene toda moneda, especialmente a propósito de  las ya  300 emisiones grabadas sobre las cuales no han formulado ni el más mínimo rechazo, por lo que es posible asegurar que “quien calla otorga“

     Las recomendaciones del informe de Roux ocupan 123 Páginas de la 772 a la 895,  con enunciados  muy  bien definidos y muy explicados en el “qué” de sus respectivos textos pero sin ni siquiera mención del “cómo”, de “cuánto”, de “cuándo” ni de los responsables de sus costos , ni el origen de los recursos necesarios. Así que dejo la inquietud a nuestro grupo de  aspirantes a ser estadistas con visión estratégica, para que los busquen en la web Fundelt y se den cuenta de que no son solo la calculada mezcla de conceptos lógicos y atrayentes para los lectores sino la sibilina mezcla de recomendaciones para “cambios estructurales“ de obligatoria e indiscutible aceptación para destruir la institucionalidad mientras logran absorber todas las instancias que les permita mantener eternamente  el ejercicio del poder ejecutivo,

     Las recomendaciones atractivas, engañosas : 1, 2, 5, 9, 15 – las recomendaciones sibilinas, con algo  oscuro, intercaladas : 3, 4, 6, 7, 8, 10, 11, 12, 13, 14

     1. Avanzar en un consenso como sociedad sobre las transformaciones a emprenderpara superar los factores que han facilitado la persistencia del conflicto y la reproducción de los ciclos de violencia.

     2. Reconocer a las víctimasdel conflicto armado en su dolor, dignidad y resistencias, reconocer la injusticia de lo vivido, y el trauma colectivo que compartimos como sociedad

    3.  Construir la paz sobre la base de la implementación integral del Acuerdo Final de Paz2016, honrando los compromisos asumidos desde el Estado y como una responsabilidad ética de la sociedad colombiana

    4. Priorizar la solución definitiva a las confrontaciones armadas que persisten, por medio del diálogo para la negociación y/o el sometimiento a la justicia de los grupos armados ilegales, y en particular retomar la negociación con el Eln de forma efectiva,para aliviar a las comunidades y poblaciones afectadas por un conflicto que se niega a quedar en el pasado y cuyo cese las comunidades y la sociedad reclaman.

      5. Avanzar en un examen crítico de nuestro pasado para construir sobre él un futuro en paz.Por esto, necesitamos una política de memoria y verdad para la construcción de paz y la no repetición que comprometa al Estado y a la sociedad en su conjunto y aporte al fortalecimiento de valores democráticos.

     6. Replantear el problema del narcotráficoy encontrar los caminos políticos, económicos, éticos y jurídicos de salida en debates de fondo, tanto a nivel nacional como internacional, que permitan avanzar en la regulación del mercado de drogas y superar el prohibicionismo y garantizar la permanencia en Colombia de las personas solicitadas en extradición que puedan aportar verdad y contribuir a la satisfacción de los derechos de las víctimas.

      7. Fortalecer y desarrollar mecanismos de investigación que le permitan al Estado y la sociedad conocer a profundidad el sistema de relaciones, alianzas e intereses involucrados en el narcotráfico y entramados de la violencia. Para esto es fundamental fortalecer la Unidad Especial de Investigación (UEI) de la Fiscalía mediante un mecanismo mixto (nacional e internacional) que investigue y esclarezca la verdad del narcotráfico.como bien público centrado en las personas, que nos permita superar las lógicas del conflicto armado en el que hemos vivido, cambiar la manera como el Estado entiende y hace presencia en los territorios y reconstruir la confianza sobre la base de diálogos entre los ciudadanos y las instituciones, en particular la fuerza pública, como un elemento fundamental para la paz territorial y el fortalecimiento institucional.

     8. Establecer una nueva visión de la seguridad para la construcción de paz, como bien público centrado en las personas, que nos permita superar las lógicas del conflicto armado en el que hemos vivido, cambiar la manera como el Estado entiende y hace presencia en los territorios y reconstruir la confianza sobre la base de diálogos entre los ciudadanos y las instituciones, en particular la fuerza pública, como un elemento fundamental para la paz territorial y el fortalecimiento institucional.

     9. Recuperar el valor de la justicia para reivindicar la legalidad,promover la convivencia pacífica, contribuir a la satisfacción de los derechos de las víctimas y reconstruir la confianza en el Estado .

      10. Profundizar la democracia para la paz a través de la exclusión definitiva de las armas en la política, la superación de su relación con el entramado del conflicto yla puesta en marcha de una reforma que abra espacios para sectores y grupos excluidos y recupere la dignidad de la política.

      11. Construir la paz necesita de nuevas herramientas y una ruptura con el pasado, una conmoción positiva, y no una visión fragmentada del camino de la reconstrucción de la convivencia. Una muestra de voluntad política y social que articule muchas de estas medidas con un ente que nazca con la necesaria fortaleza, capacidad de coordinación, presupuesto e impulso político.Un ministerio o un ente que impulse las políticas del estado por la reconciliación y la construcción de paz, es una de esas herramientas que la Comisión propone.

       12. Garantizar condiciones de bienestar y de vida dignaa las comunidades en los territorios, y construir una visión compartida de país que incluya a los territorios que han sido históricamente excluidos y un compromiso de futuro desde el respeto a la vida, las diferentes necesidades y perspectivas para superar las desigualdades estructurales del país que han sido profundizadas por el conflicto.

      13. Garantizar la aplicación del enfoque diferencial en la implementación de todas las recomendaciones de la comisióny en el desarrollo de las funciones del Estado es una condición para lograr la paz total. Asumir como sociedad una ética ciudadana y pública compartida que nos permita transformar los valores, los principios y las narrativas que hacen parte de nuestra cultura y que han contribuido a la persistencia de la violencia.

      14. Tomar el legado de la Comisión de la Verdad, que se materializa en sus hallazgos, recomendaciones y aprendizajes,como basede la reflexión y de la acción social y política respecto a asuntos fundamentales de la historia, del presente y de la posibilidad de la vida en comunidad hacia el futuro.

      15. Asumir como sociedad una ética ciudadana y pública compartida que nos permita transformar los valores, los principios y las narrativas que hacen parte de nuestra cultura y que han contribuido a la persistencia de la violencia.