De las reformas y otros males.
Por Coronel Alberto Restrepo Arboleda.
La abrupta salida de ministros, junto con la evidente compra de voluntades legislativas, que sin ofrecer resistencia alguna, entregan su alma a la causa progresista, poniendo a sangrar los cuerpos del pueblo que los eligió y arrinconando al empresariado que los apoyó, muestran la distante visión socioeconómica del petrismo sumada a la indiferencia de una sociedad, que solo está a la espera de un salvador, aplaudiendo en lontananza y sin comprometerse, las acciones de quienes seguirán siendo los defensores de la patria.
En medio de la tormenta económica y social que azota a Colombia, la propuesta de reforma laboral es un tema que acapara la atención de todos. Sin embargo, a pesar de la necesidad imperiosa de “cambio”, la propuesta actual parece ser una receta para la Tormenta Perfecta, exacerbando problemáticas existentes en lugar de aliviarlas.
La evidente polarización del país, ha develado el rostro de políticos que se distancian de principios democráticos y valores institucionales, que debilitados por el corrupto espíritu mendicante de quienes sin escrúpulo alguno, impulsan reformas que fracturan la estructura del estado dando cuerpo al fantasma comunista, que se fortalece día a día, pues pasea agigantado en la Casa de Nariño y su progre vecindario que compuesto por miopes colombianos, justifican estas acciones para imponer medidas que pueden parecer beneficiosas en el corto plazo, pero que tienen el potencial de causar daño irreparable a largo plazo.
El incremento en los indicadores de violencia e inseguridad también son una preocupación importante. La incertidumbre económica puede alimentar la inestabilidad social y conducir a un aumento de la violencia, que hoy sin reformas, se adueña de espacios territoriales a través de adoctrinamiento sistemático, extorsión generalizada fundamenta en la revolución palaciega, promovida por Petro I o Aureliano I
En conclusión, la reforma laboral propuesta podría tener efectos negativos en la economía colombiana. Aunque la necesidad de una reforma laboral es evidente, es crucial que esta se realice de manera consensuada y equilibrada, teniendo en cuenta tanto los derechos de los trabajadores como la viabilidad de las empresas y la estabilidad económica del país. En su forma actual, la reforma propuesta parece ser más la puesta en escena de “JE SUIS L´ÉTAT”, ¡¡El estado soy yo!! o el Sainete de la Colombia Humana.
