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El Ejército Nacional siempre ha cumplido a los colombianos… está y seguirá cumpliendo.

Por: Sargento de reserva del Ejército Jorge Ríos

Tras los resultados victoriosos en los combates en Huila, Tolima y Cauca finalizando marzo contra las terroristas Farc secuaces del M-19, se genera en los colombianos un alivio y una luz de esperanza por nuestro Ejército Nacional.

Se hincha de orgullo el corazón al evidenciar que no obstante los ataques de la izquierda armada y desarmada en su contra para destruirlo, el ímpetu y las convicciones  de sus hombres y mujeres por la defensa de los colombianos, se mantiene incólume.

Gracias Ejército Nacional, una vez más nos demuestras que es más fuerte tu devoción por la defensa de los colombianos, que el miedo al odio de tus asesinos.

Colombianos…

El problema de un personaje con antecedentes criminales ahora en el poder jugando al emperador, es un asunto político y como tal, políticamente lo debe resolver la sociedad.

 Los soldados de la Patria no somos golpistas ni tampoco árbitros políticos, somos eso… soldados decididos por su defensa.

Y valga la ocasión para este reclamo: es la sociedad misma la que debe salir en defensa de sus soldados si es que realmente desean tener quien los defienda de la barbarie de los violentos. Y esto, en relación a la notoria indiferencia que acusan frente a los ataques de este régimen hoy en el poder en su contra.

Quienes con antecedentes criminales llegaron al poder porque se hicieron elegir bajo las reglas del juego democrático, mutaron su modus operandi de terror con armas, y lo llevaron a la batalla cultural como alternativa a las derrotas que les propinamos en el campo de combate. Los soldados siempre hemos cumplido y seguiremos cumpliendo.

De esa mutación a la batalla cultural, salió los ataques a la cultura occidental cristiana, los ataques a la iglesia y a la familia, la ideología de género, el lenguaje inclusivo, la manipulación de ambientalistas, animalistas, indigenistas y demás, pero también la probable perdida de soberanía con casos como el tratado de Escazú.

Desarrollando esa batalla cultural, sumieron la juventud en el odio, las drogas y la descomposición social para manipularlos a que los elijan como sus líderes y gobernantes, bajo la indiferencia de padres, empresarios, dirigentes y de los dirigentes políticos de siempre, muchos de ellos cómplices inclusive, porque nunca les interesó nuestra nación salvo para saquearla.

 Esa destrucción de valores cristianos occidentales les permitió llegar al poder, es decir, cambiaron a varias generaciones la forma de entender la vida y la existencia… Les arrancaron el alma misma.

Si verdaderamente queremos recuperar nuestra nación, la acción inmediata es fortalecer esos principios y valores cristianos que están atacando en nuestra sociedad, proteger la generación de niños que recién inician la educación, neutralizar la acción ideologizada de FECODE, fortalecer nuestro nacionalismo, tradiciones, cultura e idiosincrasia, y sobre todo… publicar mucho en las redes la realidad histórica, la situación actual y la poco clara prospección futura.

Estamos obligados a recuperar la cátedra de religión, historia y geografía entre otras disciplinas de humanística.  Los comunistas tienen en su historia su peor enemigo y por eso la están reescribiendo bajo nuestra ingenuidad. Hay que contar esa verdad a nuestros hijos en casa, en la calle y demás espacios, debemos hacerles entender que ni Cuba, ni Venezuela son un paraíso, y que el autodenominado Pacto Histórico no es un romántico proyecto revolucionario, sino algo letal contra Colombia.

Exigir ya el juicio político al exconvicto Petro es imperioso.

Esto es una tarea de toda la sociedad religiosa, académica, política, jurídica y empresarial, porque esta batalla cuesta mucho dinero, y mucho es mucho, pero sale más favorable que morir desterrados, esclavos, humillados y sin alma

Y ojo Antioquia… NO podemos permitir que nos cambien nuestro himno, ni nuestra bandera, mucho menos nuestra cultura e idiosincrasia. Malhechores que se venden como federalistas u oposición, son falsa oposición, y saben que destruyendo nuestra identidad, cultura e idiosincrasia, destruyen nuestra voluntad de lucha y de defensa de Colombia entera e íntegra.

Ojo que si cae Antioquia, de derrumba todo el país…

 Que en esta navidad regrese a nuestra tierra los alumbrados navideños con pesebres, angelitos y villancicos, con el desfile de mitos y leyendas de nuestra raza, NO con carnavales propios de otras regiones y en el peor de los casos… propios de la nada, utilizados solo para robar lo público.

Si no nos organizamos y desarrollamos estrategias y compromisos para enfrentar esa batalla cultural…olvídense que podremos salir de este abismo en que nos sumido, y en cambio sí….Venezuela será una piñata para la fiesta que nos armara aquí el crimen organizado transnacional de izquierda violenta que esta posado en el poder.

Demos esa batalla cultural también porque no hay otro camino, y en ella, los soldados también combatiremos con vehemencia porque nuestro juramento es sagrado, y es para siempre. –

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