Nuestro propósito superior: Unidos para ser más fuertes.
Artículos de opiniónPublicaciones

La cultura política

Formación política y partido de las reservasm heading element

Editorial Periódico IDEAS N° 5

Por Luis Alberto Villamarín Pulido

Presidente Fundelt

En términos académicos, se interpreta como cultura política, un conjunto de conocimientos, evaluaciones y actitudes, que una población determinada manifiesta frente a diversos aspectos de la vida y el sistema de gobierno que la rige.

Este concepto abarca ideales políticos y normas operativas de administración pública.

Es el producto de la historia de un sistema político y de las historias de sus integrantes.

A partir de mayo de 2020, se incrementaron manifestaciones reiteradas en las redes sociales, de diversas intenciones de representantes de veteranos y de reservas de la Fuerza Pública, para conformar un partido o un movimiento político. Con mucho entusiasmo pero insuficiente estructura programática.

Para suplir la neblina que produce el ímpetu emocional sobre lo racional y lo objetivo, desde hace más de un año, la Fundación Excelencia, Liderazgo y Transformación (Fundelt) viene desarrollando un proceso metodológico de formación de líderes integrales, empoderados en aspectos sociales, culturales, políticos y económicos, con el ánimo de estructurar bases sólidas alrededor de la cultura organizacional, construida alrededor de un plan estratégico con propósito superior, visión, misión, metas, objetivos, valores, fundamentos, principios filosóficos, líneas estratégicas, etc.

El proceso enunciado, plantea etapas definidas con base en la estructura orgánica, la identidad de objetivos, la fundamentación ideológica y la claridad conceptual acerca del propósito superior y los objetivos institucionales.

Todo ese andamiaje organizacional infiere que la conformación de un partido político, demanda el incremento permanente de cultura política, a partir del estudio de la historia política del país, la geopolítica actual del entorno continental, la similitud o diferencias de los movimientos y fenómenos sociopolíticos, los pesos demográficos por segmentos de edades, los contenidos de los reclamos sociales, el presupuesto disponible, los sistemas de tributación, la ideología de los partidos y movimientos vigentes, los estados y balances financieros, los renglones de exportación e importación, el estado de la balanza comercial, la potencialidad de recursos naturales, la potencialidad de investigación científica, etc.

Pero además esa cultura política demanda el afianzamiento de los procesos democráticos, para la selección interna de los representantes. Pervive el error garrafal de concebir la propuesta, de que los candidatos son escogidos con anticipación, para que, desde el inicio de la formación del partido, los futuros militantes y simpatizantes tengan como línea de fe, seguir a ese candidato y no a otro.

Tampoco es válida la teoría de hacer una reunión de líderes para determinar posiciones para representaciones regionales, porque esa ha sido la nefasta conducta de los partidos y movimientos políticos a lo largo de la vida republicana, causantes de la accidentada supervivencia del bipartidismo crónico, las escisiones temporales y caudillistas y un largo listado de grietas a la estructura política del Estado.

La cultura política es consecuencia directa de la cultura organizacional y viceversa.

Desde el valor del ser humano individual al conjunto de ideas, procesos de conducción y construcción, objetivos, líneas de acción estratégica, administración, ajuste a las leyes vigentes y labor educativa permanente.

La conducción o liderazgo para consolidar un proceso de aculturación política, integra la fortaleza organizativa y de conducción de los líderes en todos los niveles, con la estrategia, la táctica y los métodos, para que todos los objetivos organizacionales de un partido político se cumplan.

Es imposible encontrar líderes empoderados para guiar un partido político en todos sus niveles si se desconocen, y peor si no se aplican, conceptos claros alrededor de valores, principios filosóficos, etapas y metas intermedias.

En síntesis, la cultura política es imprescindible para formar, educar, empoderar y desarrollar competencias acordes con la tarea que pretende desempeñar quien, proponga su nombre al partido para participar en los eventos democráticos en los que se inscriba la colectividad.

Desde otra óptica, la cultura política es el elemento que refleja el nivel de competitividad profesional de los cuadros directivos nacionales, departamentales y municipales de un partido político.

En consecuencia, sin cultura política, no habrá cultura organizacional, ni fortaleza de partido, ni se evidenciará prospectiva o proyección en el tiempo de la colectividad, porque su plataforma política y su estructura ideológica serán insuficientes.

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies. Puede ver aquí la política de cookies.    Más información
Privacidad