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¿Quién dominará el mundo?

      Por Iván González Urán

      Una apreciación geopolítica estratégica sobre lo que acontece actualmente en el ámbito mundial.
      Esta pregunta la hizo el analista Noan Chomsky. Trataremos de responderla. No en un proceso adivinatorio. Es basado en los hechos históricos que indudablemente se repiten con el tiempo.

      En la conferencia de Yalta se reunieron, en febrero de 1945, los tres grandes del planeta: Roosevelt por parte de Estados Unidos, Inglaterra con Churchill y Rusia con Stalin.
      Stalin fue invitado por los dos primeros porque era absolutamente indispensable su participación para lograr la derrota de Hitler al menor costo humano, económico y tecnológico posible. Ya que era la otra mandíbula de la tenaza qué hacía falta para acorrarlar a Alemania. De lo contrario no habría sido tenido en cuenta para acordar la repartición del mundo en esa negociación. Pero Rusia, aunque disponía de hombres, no tenía suficiente equipamiento militar. Era necesario qué le dieran una gran ayuda técnica. El astuto zorro vio la oportunidad de conseguir lo que le faltaba aprovechando esa ventaja estratégica para ganar la guerra.

      Estados Unidos siendo capitalista término apoyando al régimen comunista con armamento, que podía producir en grandes cantidades. Y subsidiado con él dinero británico que tenía bastante disponible. De esa forma ninguno de los dos capitalistas ponía hombres y el ruso comunista ponía la sangre y la vida.
Stalin necesitaba de la ayuda para atacar a Hitler y así vengar la agresión. De tal manera que concluyeron todos los intereses mutuos en un espíritu puramente utilitarista.

      Stalin participó en la reunión, pero fue tratado en forma displicente y con gran indiferencia por sus dos aliados bélicos más no simpatizantes ideológicos. Como si fuese un personaje más bien entrometido que solo se aceptaba como un mal necesario. Esa actitud diplomática con el ruso jamás la olvidó. Así fue el comienzo de la Guerra Fría.

      La Guerra Fría fue la carrera entre el comunismo y el capitalismo por implantar, cada uno por su cuenta, su respectiva ideología en todo el planeta. Por eso Rusia debió desarrollar también el poderío atómico. Y una campaña de propaganda soviética para expandir el comunismo hacia los cuatro puntos cardinales.

      En América se centro fundamentalmente en el Caribe. Estableció una cabeza de playa en la isla de Cuba por estar en el centro del continente. Pero con orientación primordial al sur y Centroamérica. Y con alguna ligera infiltracion en la política norteamericana con ideas socialistas en pequeños sectores de la población norteamericana.

      Ante está circunstancia ya demasiado evidente, la Secretaría de Estado de los Estados Unidos hizo múltiples consultas a su delegación diplomática sobre lo que pretendía Rusia.
      Las respuestas eran un poco erráticas porque existía prevención en declarar abiertamente la realidad.
      Hasta que finalmente un sencillo empleado respondió diciendo que todo eso se debía al objetivo de la gigantesca y poderosa Unión soviética de conquistar el mundo.

      Estados Unidos se dio cuenta del gran peligro que estaba corriendo y por lo tanto aprovechando la gigantesca riqueza que había acumulado, en especial apoyando la Segunda Guerra Mundial y a su principal aliado La Gran Bretaña, quién poseía el fabuloso tesoro británico, desarrolló el famoso Plan Marshall de reconstrucción de Europa. Y algunos otros planes menores en Latinoamérica.

      Mientras tanto la pobre y subdesarrollada China, aunque también tenia territorio y una gran población, pasaba a un último plano dentro de los intereses y objetivos geoestratégicos.
      China supo sacar ventaja de esa aparente adversidad. Circustancia que aprovecho para enclaustrarse en sí misma, cómo la ostra con valiosa perla que crece despacio en su interior. Bajo un régimen Comunista, altamente autoritario, comenzó un proceso lento, inicialmente, de desarrollo y progreso. Con el objetivo estratégico de lograr la autosuficiencia económica. Aprovechando su muy antigua cultura de sobrevivir por sí misma, cómo así lo había hecho durante varios miles de años de largas dinastías hegemónicas.

      En ese propósito le ayudó algunos aspectos tan importantes como sus difíciles y diferentes idiomas y la complicada escritura que aún no se estandariza con el resto del planeta.
     En forma constante fue superando sus dificultades y con su característica idiosincrasia, de preservar su antigua historia, no olvidó y por el contrario revivió los muy frecuentes abusos y atropellos que había recibido por parte de las potencias extranjeras.

      Pasado el tiempo se fue intensificando la guerra fría mientras que la Unión Soviética, su vecino del Norte, aunque de igual ideología comunista, colapsó para quedar reducida simplemente a la actual Rusia.

      De la misma manera como el Imperio Británico había atesorado su gran riqueza, durante varios siglos de explotación de sus gigantescas colonias tales como las de los continentes de Norteamérica, la India, Australia, en el África y otras múltiples en distintas partes del planeta, por medio de su gigantesco dominio marítimo, la China fue reuniéndo una gran riqueza.

      Cerró sus fronteras a la importación de productos extranjeros. Al mismo tiempo que hizo un gran esfuerzo de exportación. Reviviendo para ello la famosa Ruta de la Seda, la via terrestre. Y creando la del Collar de Perlas, la ruta marítima. Ambas vias para unir el viejo, pequeño y rico continente europeo con el pobre pero gran continente asiático.

      Su objetivo es el de desarrollar un gigantesco comercio bajo el dominio económico qué a de terminar en un gran continente denominado Eurasia. Y todo eso con el liderazgo y dominio chino.
      Ese gran bloque, que conecta la China con Europa, se está expandiendo por el sur de la actual Rusia.
      Evadiendo ese obstáculo político, económico y militar ruso. Que por el momento no debe ser provocado porque afectaría el desarrollo de su plan a bastante largo plazo. Pero que, indudablemente, en el futuro Rusia tendrá que anexarse al proyecto, ya que terminaría siendo absorbido o asfixiado entre los dos extremos de la futura Eurasia.

      Ese fenómeno ya ha sido visualizada por Rusia. Por ello es uno de los motivos por el cual la vemos ahora enfrascada en amenazar a sus antiguos países aliados de la Europa Oriental. Para que no se alejen de su área de influencia. Y más bien reconstruir el poderío que tuvo en su tiempo de grandeza la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.  La URSS. Objetivo que considera vital para su supervivencia y también para sus intenciones de dominar el mundo.
Propósito en el cual ahora compite con los Estados Unidos durante la guerra fria. Y ya le ha surgido con mucho empeño la actual China.

      Pero los objetivos más lejanos de la China no sé limitan al control de las dos masas continentales de Europa y Asia. Qué forman la mayor parte del hemisferio septentrional del globo terráqueo. También tiene puestos sus ojos, como ya lo está demostrando, en algunos objetivos del continente africano y del continente Latinoamericano. Que está en constante avance al socialismo.

       De tal manera que su Collar de Perlas también debe progresar a conquistar el océano Pacífico, por ser el mar del futuro. En esa dirección apunta a Suramérica. Dónde Colombia es el punto de mayor importancia. Por muchos motivos, dentro de los cuales sobresalen la riqueza agrícola por las grandes extensiones de tierra fértil y selvas vírgenes. Con las mejores posibilidades de construcción de un canal interoceánico a nivel qué le permitiría navegar hasta Europa en dirección contraria a la Ruta de la Seda.

      Evitaría la compleja y extensa navegación del Collar de Perlas. Que, además, debe pasar por bastantes mares de muchas naciones no siempre amistosas poniendo inconvenientes diplomáticos. Por estrechos marítimos qué representan alta vulnerabilidad militar. Además del cobro de peajes de tránsito.

      Pero que, de todas formas, uniendo la ruta del Pacífico con su Collar de Perlas, crea un gran cinturón de conectividad qué circunda el planeta. No solo para esquivar él obstáculo o la oposición que le hagan los Estados Unidos por el dominio del comercio global, este cinturón es el eje central de oriente a occidente. Que que reparte a los dos hemisferios planetarios. Tanto al rico septentrional por su capacidad industrial en trasformación de productos, como al pobre meridional en proceso, pero rico en materias primas.

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