La política correcta es algo muy serio, que no se puede dejar en manos de oportunistas, populistas o impreparados
Por Luis Alberto Villamarín Pulido
“No se pueden dar altas responsabilidades del Estado a personas con escasas capacidades, por mucha que sea su buena voluntad” Simón Bolívar.
Colombia ha sobrevivido como Estado, durante “dos siglos de democracia”, umida en polarizaciones, manipulaciones mediáticas, discursos viscerales y odios entre elites ansiosas de conservar para su beneficio el presupuesto y la burocracia estatal, que luego, por infortunio, se traducen en violenta confrontación entre los niveles básicos de la pirámide social, .
En ese entorno, nos alistamos para las elecciones para Congreso y Presidente en 2022, sin que el anterior esquema varíe.
Mas de 60 aspirantes a gobernar el país y miles de aspirantes al parlamento, parecerían ser pasos de un logro democrático, pero en realidad reflejan tropicalismo, ausencia de cultura programática de los “partidos y movimientos políticos existentes“, y en menor aunque casi improbable nivel, cansancio del electorado, pues sin excepción las intenciones que hasta ahora han salido a flote, apuntan a más de lo mismo, pero con otro ropaje.
A menudo se critican el transfuguismo o la facilidad con que los oportunistas de la política cambian de tolda, pero en la práctica esos críticos, autoimbuidos de aureolas como “salvadores” hacen lo mismo que los cuestionados.
Han aparecido ya, oportunistas de oficio, que haciendo mandados a sus patrones, utilizan la buena fe de colombianos preocupados por la nefasta posibilidad de que un terrorista ocupe el Palacio de Nariño.
Populistas con muy poco contenido y mucha locuacidad en la expresión del discurso casi siempre pendenciero, polarizan, inflaman espíritus, invitan a salvaciones utópicas , con la consecuencia agravante, que así, no se detectan las manos no tan invisibles, que de lado y lado están moviendo hilos de necesaria confrontación, para ganar adeptos, coptar votantes y desbaratar grupos que podrían crecer con posibilidad de iniciar a demoler ese vetusto y descompuesto esquema de politiquería y calculada polarización, en la que muy pocos viven a cuerpo de reyes, a costa de las afugias de siempre para muchos.
De remate entre esos grupos emergentes, hay trapaceros e incapaces de generar proyectos serios, pero que navegan con destreza y comolicidades en el profundo océano de la mediocridad, donde tienen a la mano a infiltrados en otras organizaciones sociales y políticas, con el fin de bloquear, congelar proyectos o sembrar cizaña, para impedir todo lo que no sea para beneficio personal o de sus grupos específicos. Nunca para mejorar el país.
Hace años que Colombia pide a gritos, que aparezca un ieal con contenido político coherente, digno de seguir que nos saque del atolladero, mediante un proyecto serio y estructural, que sea dirigido por estadistas y manejado por estratregas, para que miles de personas con compromiso y comprometiento lo saquen adelante.
Lo anterior implica programas, objetivos, planes estratégicos, formación permanente, educación política continuada, y desde luego integrarse a una entidad política con identidad institucional, cultura organizacional, estrategia y organización fundamentada en la disciplina de partido.
Dadas las anteriores realidades, un equipo de alto impacto integrado por profesionales de excelsas condiciones, ha preparado un programa de trabajo pensando en Colombia, no en candidatos en particular, para proponer a todos los colombianos, un proyecto de integración y de trabajo colectivo no de promesas ni polarizaciones o anuncios de Mesías llegados a salvarnos
En consecuencia, invitados todos a ver el vídeo haciendo click aquí, comentarlo, difundirlo e integrarse con aportes concretos para transformar colectivamente a Colombia.
El cambio lo hacemos todos, pues nunca lo harán los populistas, los oportunistas o los impreparados politiqueros de siempre, porque son ellos, quienes nos han traído a estos escenarios de incertidumbre, y de remate persisten en mas de lo mismo.
