Nuestro propósito superior: Unidos para ser más fuertes.
Artículos de opiniónPublicaciones

Más de lo mismo, con un cambio de ideología

      Por Diego León Caicedo Muñoz

       “Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consciente, hay una cierta complicidad vergonzosa”, Víctor Hugo.

      En una democracia, el pueblo se desprende temporalmente del poder político soberano y se lo otorga a las personas elegidas, para que los represente en las instituciones del Estado. El pasado domingo 19 de junio el pueblo optó por el candidato Gustavo Petro, como nuevo Presidente de Colombia, por un margen muy pequeño de votos.

       Muchas personas tienen duda sobre la transparencia de las elecciones, y no es para menos, en una democracia de estomago como la nuestra, en donde la presión armada y la corrupción son el común denominador. No voy a entrar a cuestionar los resultados, eso le corresponde a las autoridades electorales y judiciales, que poco y nada hacen.

      Lo que, si haré desde este momento, es trabajar armónicamente con la comunidad para evitar la caída de la democracia en reemplazo de una desueta ideología comunista.

      Mientras exista corrupción y desigualdad social, la democracia siempre será débil. El voto es una herramienta fundamental para enfrentar ese flagelo, sin embargo, la población no lo ejerce, o no lo utiliza apropiadamente. Es una oportunidad para elegir a un buen servidor público, o castigar al político indigno mediante el voto en blanco. La falta de educación democrática y la cultura impiden realizar juiciosamente esa tarea.

      La Carta Política del 91 contempla instrumentos populares contundentes, no solo para escoger a sus representantes, sino también para participar de las decisiones políticas.  Los mecanismos de participación ciudadana permiten la intervención del pueblo en la conformación, ejercicio y control del poder político.

      Por otro lado, las veedurías ciudadanas, se erigen como herramienta fundamental, más allá de la participación electoral, ejerciendo un papel activo en revisar la gestión pública.

      Las veedurías, el referéndum y la defensa o cambio de la constitución están en cabeza del constituyente primario, ósea del pueblo, sin la injerencia del congreso o presidente. Excelente chance para defender la democracia en estos momentos aciagos.

      La democracia optó por lo mismo, pero con proyección a empeorar con el cambio de ideología del nuevo presidente. No podemos retroceder el tiempo y evitarlo, debemos seguir adelante. Lo que si tenemos que hacer es despertar del letargo actual e impedir que se materialice la pesadilla que se nos avecina y para ello, es necesario actuar proactivamente.

      Para qué seguir lamentándonos y criticando a los petristas, al final, ellos podrían ser víctimas, como el resto de los ciudadanos, de la barbarie del socialismo del siglo XXI, sino actuamos rápidamente.

      Desdichadamente el pronóstico no es el mejor, qué más quisiera yo como colombiano, que el nuevo presidente sufriera una catarsis, se olvidara de sus intenciones y produjera el verdadero cambio que requiere el país, pero la realidad es otra. Sus compromisos, no solo con la clase política tradicional, presidiarios, grupos al margen de la ley, sino con los países, que apoyaron su proceso electoral, y con los cuales comparte su misma ideología, como Rusia, Cuba, Venezuela, Irán, etc. son insoslayables.

       De entrada, empezó pelando el cobre, exigiéndole al fiscal que dejará en libertad a los presuntos lideres de la primera línea acusados de varios delitos.

      Por la plata baila el perro, decían nuestros padres, casi no dejan festejar el triunfo, cuando el 90% de los partidos se hicieron parte de la coalición de gobierno en el congreso. Son los mismos que en los últimos años estuvieron con Uribe, Santos, Duque y las candidaturas de Fico y Rodolfo. Cesar Gaviria, ¡que vergüenza!

       La repartija de ministerios, entidades, contratos, puestos y mermelada, para que le aprueben sus leyes y reformas a la constitución, con el fin de ampliar el Estado y la burocracia, van a estar a la orden del día. Todo está listo para que, quien lidere ese contubernio sea el inescrupuloso y marrullero Roy Barreras, como presidente del senado.

       Las relaciones con Estados Unidos después del primer año se empezarán a deteriorar y paralelamente las relaciones con Rusia, Cuba, Venezuela, Nicaragua e Irán, entre otros, serán tan estrechas, que muy seguramente tendremos, profesores, médicos, asesores cubanos y militares rusos por doquier, se fortalecerá la unión con la CELAC en detrimento de la OEA, en fin.

      Cuando ya estén todos untados de mermelada hasta la coronilla, empezará el proceso de Asamblea Nacional Constituyente, para entronarse en el poder y de esta manera, centrar todos los órganos en sus manos. Si el congreso no le aprueba sus proyectos, acudirá al pueblo, para esa época ya habrá repartido subsidios a millones de personas, que lo respaldarán hasta la muerte. Así se cumplirá lo planeado en el Foro de Sao Paulo.

       Sino aprovechamos las herramientas constitucionales para enfrentar los abusos, mañana esas mismas garantías serán cosa del pasado.

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies. Puede ver aquí la política de cookies.    Más información
Privacidad