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¿Cuál es la estratagema reelectoral de Nayib Bukele en El Salvador?

     Por coronel Iván González Urán

La estratagema de la reelección de Nayib Bukele en El Salvador está planteada sobre la incertidumbre de la dualidad democrática. Por ejemplo:

¿Es conveniente o inconveniente? ¿Es buena o es mala? Es buena para reelegir a un bueno, pero mala para un malo. La no reelección le quita la oportunidad a un bueno y a un malo. Pero la reelección es la que da mayor opción de libertad para escoger los destinos de las naciones.

Porque si la no reelección nos quite la posibilidad de caer en un error también, nos quita libertad. Y siempre preferimos más libertad. Tenemos que escoger entre restricción y libertad. Y entre dos males el menos peor. Así tengamos la posibilidad de caer en el error de elegir a un malo. Aún a riesgo de encarcelar a muchos malos, como Bukele, donde es posible que caigan buenos. Pero esa es la inevitable falibilidad de la injusticia humana. Y no podemos vivir sin justicia, aunque esta también se equivoque.

Otra dualidad, es el “ser” o la realidad,  que Bukele quiere reelección de hecho. Y el “deber ser” o la legalidad, es que no hay reelección por derecho. Lo manda la Constitución. En este caso caben los mismos razonamientos anteriores.

Otro punto de equilibrio es el “qué” o el “fondo”, que el Salvador necesitaba reelegir cambiando la Constitución. Se demoró esperando ver los resultados de Bukele en seguridad y ya quiere hacerlo rápido. Pues el “cómo” o la “forma”, es el lento proceso democrático para lograr ese fin. Luego, lo que está sucediendo es legalmente malo porque se está forzando la Constitución, así se crea válido por lo necesario.

En estos razonamientos teóricos y académicos, el equilibrio perfecto es también una utopía no alcanzable en la búsqueda, con afán, de la perfección de las cosas. Una condición sensible e inherentemente inestable es la que vivimos todas las naciones democracias del mundo. Precisamente la belleza de la democracia es que siempre tenemos la oportunidad de correr el riesgo de la inestabilidad. Por eso preferimos, inclusive, tener una democracia amplia que nos da la más flexible libertad, así sea a alto riesgo. Pues como alguien dijo: bendita y santa democracia así nos mate.

Como conclusión.  Debemos tener en cuenta que la democracia, simplemente, es una atmósfera donde siempre hay alta incertidumbre y ambigüedad. Una frontera o zona vaporosa dentro de la que tenemos que vivir civilizadamente con la mejor conveniencia posible. Donde no son muy claras ni garantizadas las oportunidades en contra de las posibles y no evitables adversidades. Y por ello no podemos dejar de tomar decisiones. Porque no decidir es la peor decisión.

 

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