Los pilares del cambio

      Por Diego León Caicedo Muñoz

“Sólo si nos unimos como una única fuerza, permaneceremos fuertes y nadie podrá conquistarnos”, Chris Bradford.

     El año pasado (2021) varias universidades del país, tanto privadas como públicas, realizaron un estudio bastante interesante, en donde el objetivo era averiguar mediante el dialogo el interés de los ciudadanos para mejorar el futuro de Colombia.  Pareciera que fuera más de lo mismo y cualquiera diría, para que más diagnósticos si estamos saturados con el mismo cuento, pero no es así.

     Generalmente, las investigaciones son elaboradas por expertos en la materia, basados en la experiencia de estos. El citado trabajo salió del seno de la población colombiana, se escucharon desde los niños hasta los adultos mayores, independiente de sus estudios y perfiles profesionales.

     Durante cuatro meses de forma virtual se reunieron a 5.159 personas de las diferentes regiones del país. Producto de este diálogo surgió una hoja de ruta con dos aspectos importantes: la inminencia de un cambio y la esperanza en la posibilidad de generar reformas necesarias para lograr una nación más ecuánime.

     Una situación importante a resaltar en el estudio fue que, a través de la conversación se generó confianza, algo que prácticamente se había perdido en los anales de las relaciones interpersonales de los colombianos. Precisamente en el mes de enero escribí un artículo sobre este tema.

     A partir de este encuentro, las peticiones de los colombianos se resumen en; hacer un nuevo pacto por la educación, cambiar la política, eliminar la corrupción, transformar la sociedad a través de la cultura, cuidar la biodiversidad y la diversidad cultural, construir confianza en lo público, proteger la paz y la constitución. Para ello, las personas asistentes manifestaron el deseo de contribuir a la transformación social con ideas y argumentos.

     Después de muchos años, es la primera vez que observo un trabajo serio y estructurado. Indudablemente el cambio que requieren la sociedad y el Estado deben salir del interior de la misma colectividad y ser liderado por la comunidad académica. Es un error craso esperar que los líderes políticos jalonen el cambio, no les interesa y nunca lo harán.

     El 98% de las personas participantes, en consenso manifestaron la necesidad de cambiar y mejorar la educación, como pilar fundamental para lograr un país más equitativo. Debe ser más incluyente y centrada en oportunidades, valores cívicos y ciudadanos, porque a partir de esta transformación se evidenciarán los demás cambios.

     Los invitados consideraron a la corrupción como el principal obstáculo para el desarrollo de una política sana. Es necesario generar un cambio en la forma de hacer política, aclarando que se deben mantener las instituciones, pero eso sí, con una máxima exigencia, para que estas funcionen como debe ser. En tal sentido, se requiere ampliar los espacios de participación y representación política, realizar ejercicios de formación ciudadana y modificar las reglas de juego.

     Un porcentaje superior al 63% consideró que se debe transformar la cultura, en especial la del vivo y la de la deshonestidad. Por el contrario, lo que si se debe conservar es la diversidad, las tradiciones y la biodiversidad. Al igual que en la educación, piensan que debe haber una formación en cultura política, siendo la mejor vía para enfrentar los problemas de inequidad, violencia y corrupción.

     Todos coincidieron en que es muy importante la construcción de confianza entre ciudadanos, entre estos y los funcionarios públicos, y con las instituciones en general. Construir empatía será una responsabilidad de toda la sociedad, que permitirá consolidar la democracia colombiana.

     Todos por unanimidad clamaron por el mantenimiento de la paz, que tanto Estado, como la ciudadanía en general deben desarrollar actividades que conlleven a la plenitud de la convivencia pacífica. Al efecto, sostienen que es fundamental conservar la actual constitución, que no es necesario transformarla, sino en lo estrictamente necesario para cumplir con las expectativas.

     El pueblo colombiano la tiene muy clara y ya se ha manifestado con sus propuestas, los que no están conectados con nosotros son los políticos aspirantes a la Presidencia de la República. No existen programas de gobierno concretos y específicos que indiquen una solución a la encrucijada en la que nos encontramos. Con este estudio se comprueba que la polarización es entre políticos y generada por estos.

     Mientras tanto, candidatos populistas como Gustavo Petro, sin asumir la presidencia, ya trata a los periodistas que no están de acuerdo con él, como neonazis, al mejor estilo de Putin. Por el desayuno se sabe como será el almuerzo, imagínenselo de presidente. La perla más preocupante y que ha manifestado en escenarios públicos, es desacatar al congreso, sino reúne las mayorías y acudir al pueblo a través de movilizaciones, al igual que Chávez y Maduro, para realizar cambios institucionales, entre otros, la reelección vitalicia.