Nuestro propósito superior: Unidos para ser más fuertes.
Artículos de opiniónPublicaciones

Todo a su debido tiempo

       Por Diego León Caicedo Muñoz

“El fin último de la Policía, en sus diversas formas y aspectos, es la protección de los derechos humanos”, Sentencia C-813/14.

       Desde hace tiempo las policías en Latinoamérica han sido objeto de instrumentalización política y Colombia no podía ser la excepción. La izquierda progresista ha venido impulsando reformas a estas instituciones en América Latina, sin ningún éxito en materia de transformación, más allá de politizarlas y volverlas enclenques.

      El nuevo gobierno ya tiene listo el proyecto de acto legislativo, para trasladar la Policía Nacional del Ministerio de Defensa a otro ministerio, junto con otras reformas y el desmonte del ESMAD. Las razones principales, según el presidente electo son:

     1. La seguridad en Colombia aún se maneja bajo la doctrina de la seguridad nacional. Método patrocinado por los Estados Unidos durante la guerra fría, para impedir que el comunismo auspiciado por la antigua Unión Soviética, permeara las democracias en Latinoamérica.

     2. La Policía Nacional es militar por estar adscrita al Ministerio de Defensa y por eso, su patrón principal es la violación de los derechos humanos.

    3. La premisa es: “acabado un grupo guerrillero se obtendrá una paz estable y duradera”. Ocurrió con la desmovilización de las Farc, el grupo delincuencial más grande y ahora pasará lo mismo con el Eln.

      Desvirtuemos una por una, Primero; la doctrina de la seguridad nacional feneció hace muchos años con el derrumbe de la Unión Soviética y cuando en Colombia se expidió la Constitución de 1991, se produjo la transición de la seguridad pública a la seguridad ciudadana. En esta última, el aspecto más relevante son las personas, el Estado ya no es el fin de ésta, sino un medio que permitirá y garantizará la convivencia y la tolerancia entre los ciudadanos.

      Segundo; “La jurisprudencia constitucional ha dejado claramente establecido que la naturaleza civil de la Policía Nacional deriva del hecho de que es una autoridad administrativa que cumple funciones preventivas mas no represivas, salvo cuando actúa como colaboradora de las autoridades judiciales, en ejercicio de la función de policía judicial y también por la ausencia de disciplina castrense, lo cual implica que los subalternos son responsables de la ejecución de las órdenes que reciban”, (Sentencia C-1214 de 2001). Es decir, el hecho de pertenecer al Ministerio de Defensa no le da el carácter de militar, su misión es el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas.

      Tercero; Con la desmovilización de las FARC, el gobierno de turno vendió la falsa señal que, al desmovilizarse este grupo al margen de la ley, reinaría la paz en nuestro país, nada más falaz que este silogismo acomodado. Se habló de un posconflicto general, a sabiendas de que Colombia no ha superado los conflictos en varias regiones del territorio nacional. Se desmoviliza un grupo delincuencial y surgen muchos más, una dinámica siniestra, sostenida por el narcotráfico y la corrupción.

       Por otro lado, la seguridad en Colombia es compleja y depende del acontecer social. La seguridad ciudadana ha sido signada por la violencia y el proceso para descontaminarla es lento y progresivo, su consolidación concluyente va de la mano con los cambios culturales. Aun así, los posconflictos suelen ser más intensos que el mismo conflicto.

      Es un craso error asimilar moldes predeterminados provenientes de experiencias de solución de conflictos internos de otros países.

      Colombia es el único país de América del Sur que tiene su cuerpo de policía adscrita al Ministerio de Defensa, las demás se encuentran en los ministerios del interior, seguridad o justicia. No obstante, el nivel de aceptación ciudadana hacía las otras policías es muy bajo, debido a su ineficacia y corrupción. Contrario a las demás, la aprobación de la policía de Colombia es una de las más altas, siendo tomada como ejemplo y modelo de aplicación en las diferentes modalidades de vigilancia urbana, rural y policía judicial.

       La Corte Constitucional en numerosas sentencias ha dejado plasmada la importancia del concepto de policía administrativa, desde el punto de vista del derecho administrativo y derecho de policía. Con los conceptos de poder, función y actividad de policía, en donde la responsabilidad es compartida con las demás instituciones, y la Policía Nacional es el último eslabón de la cadena.

       Todo a su debido tiempo, por ahora, más que un cambio de ministerio, lo que requiere la Policía Nacional, es seguir con el proceso de profesionalización de la carrera, y la implementación de la actividad de policía y policía judicial. Por el contrario, lo que si apremia es generar cambios en la forma de hacer política, incentivar una transformación cultural encaminada a un pensamiento comunitario, que contrarreste la corrupción y el narcotráfico.

       La institución policial ya estuvo en el Ministerio de Gobierno y fue altamente politizada, generando el repudio general de la población.

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies. Puede ver aquí la política de cookies.    Más información
Privacidad