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El pueblo es hielo ante las verdades y fuego ante las mentiras

      Por Diego León Caicedo Muñoz

      “La verdad os hará libres”, Jesús de Nazaret.

      Jonathan Swift, en el texto clásico de 1733; El arte de la mentira política”, señala las bases fisiológicas de la mentira, “el alma tiene un lado plano, que viene de Dios, que refleja fielmente los objetos, y un lado cilíndrico heredado del diablo, que lo deforma sistemáticamente”. Según el libro satanás, como indican los evangelios, es el padre de la mentira. De esta forma la mentira política tiene su localización cerebral en el lado cilíndrico. 

      Como el texto lo revela, la mentira política está presente en toda la reflexión política, desde la República de Platón, hasta el Príncipe de Maquiavelo. El arte de mentir, es hacer creer al pueblo falsedades saludables con vistas a un buen fin.

       El libro hace alusión a la frase de la Fontaine; “el pueblo es hielo ante las verdades y fuego ante las mentiras”. “La masa es crédula, miente y puede ser engañada del mismo modo en que se engaña a las mujeres y a los niños”. En términos generales, mentir es rentable.

       La mentira política ha sido utilizada tanto por la derecha recalcitrante como por la izquierda ortodoxa, recordemos a Donald Trump, Bolsonaro, Putin, Chávez, Ortega, el brexit en Inglaterra y el plebiscito por la paz en Colombia. La mentira es un elemento natural, por ello, se necesita mucho más arte para convencer al pueblo de una verdad, que para hacerle creer una falsedad.

      El fracaso de los politiqueros populistas mentirosos se presenta cuando exageran e intentan de un solo tajo meterle a la sociedad demasiadas mentiras, como el caso del candidato Gustavo Petro. Esta clase de personajes generalmente tienen un talante oscuro y astuto, calculan y dosifican la mentira, para darle un barniz de credibilidad, pero el candidato del Pacto Histórico se enclaustró tanto en la mentira que se convirtió en un embustero compulsivo.

      Lo que si siguió al pie de la letra del manual de Swift fue la conversión de la mentira en un sistema, creando organizaciones de mentirosos, dedicados exclusivamente al engaño político, en cabeza de sus esbirros abusadores del erario y gregarios de su campaña, (Barreras, Bennedeti, Prada, Hoyos, etc.). A través de las innumerables bodegas.

      Como lo manifestó el profesor José María Molina; “para lograr el objetivo se requiere cumplir determinadas condiciones, ante todo, contar con una masa de crédulos dispuestos a repetir, difundir y diseminar por doquier las falsas noticias que otros hayan inventado. Esta función transmisora de los crédulos resulta indispensable ya que no hay nadie que pueda propagar mejor una mentira como el que se la cree”. La idea es crear mentirosos compulsivos que mientan más que respirar.

      El problema grande para estos políticos es cuando el pueblo los desenmascara y trasluce la verdad, quedan como personajes falsarios y traidores, pero al final, a ellos muy poco les interesa lo que la sociedad piense.

      Como si fuera poco, la mentira produce un daño emocional asociado con emociones negativas como el odio. La primera conduce a la segunda, causando un deterioro social de polarización, pero lo más grave es que se convierte en el alimento básico de las conductas violentas. A toda esta anarquía general nos ha conducido el señor Petro.

       El miedo es otra sensación reflejo de lo anterior, el temor a caer en una dictadura comunista y no producto de estrategias falaces infundadas por los contrincantes políticos, sino de las evidencias, tales como: su amistad con los lideres del socialismo del siglo XXI, su compromiso con el Foro de Sao Paulo, sus alocuciones públicas, su arrogancia, pero sobre todo lo que plasmó en su programa de gobierno. No hay que descerebrarse para entenderlo.

     Quien desea en estos momentos un cambio de modelo por uno que nunca funcionó y en donde predomina el autoritarismo y la violación de los derechos humanos. No hay que olvidar que como se hace campaña así se gobierna, por el desayuno se sabe como será el almuerzo.

      A la mayoría de colombianos nos causa indignación el vil atentado del líder de la Colombia Humana contra nuestro raciocinio, piensa que con sus tramoyas pueriles nos puede manipular. Por eso para neutralizar la alta toxicidad de la mentira se requieren ciudadanos reflexivos, con mayor capacidad de discernimiento y menor ingenuidad. La ignorancia y la mediocridad hacen parte del mercado de la ficción coercitiva.

      Es supremamente importante para la segunda vuelta presidencial conocer la historia y el trabajo de los dos candidatos, de donde vienen, como han logrado lo que tienen, revisar los antecedentes judiciales, cuales son sus aliados estratégicos. La única forma de dignificar el voto es percatarnos de sus auténticas intenciones y aún queda tiempo. No podemos contribuir a elegir a quien puede convertirse en nuestro peor tirano

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