Nuestro propósito superior: Unidos para ser más fuertes.
Artículos de opiniónPublicaciones

Petro y su desprecio por las instituciones y las leyes

     Coronel Homero Herrera Leal

       Que Petro llegaba tarde a todos los eventos cuando era alcalde de Bogotá, que no fue precisamente modelo de puntualidad y cumplimiento cuando era senador, que ha inventado enfermedades como el cáncer y el Covid para evadir sus responsabilidades y viajar hacia Cuba sin permiso del Congreso y su alter ego informó que le estaban haciendo un legrado, que su paso por el parlamento fue estéril y solo asistía cuando se le presentaba la oportunidad para atacar al gobierno y a los políticos de derecha.

     Que dejó quebrada a Bogotá, que su alcaldía estuvo plagada de corrupción, que fue filmado por su amigo el ingeniero Montes hoy prófugo, recibiendo fajos de billetes y guardándolos en una bolsa plástica, que miente consuetudinariamente, que dirigió el paro violento de sus aliados de la minga caucana, la primera línea y demás terroristas en contra del gobierno de Duque en un claro intento por tumbarlo y destruyendo de paso a una parte importante de la economía, infraestructura nacional, así como propiedad privada…

     Y todo ello con plena impunidad jurídica pues la Corte Suprema de Justicia no ha iniciado investigación alguna por los hechos anteriormente mencionados, o al menos no se tienen noticias del accionar de la justicia en contra de Petro, lo que prueba entre otras cosas que en Colombia hay ciudadanos comunes y corrientes y ciudadanos superprivilegiados precisamente porque las leyes no los cobijan por un extraño sortilegio que permite que militantes comunistas y políticos de todas las pelambres, puedan quebrantar nuestras leyes sin preocupación alguna por la impunidad judicial de que gozan.

       Que dejó plantados a los generales y a las tropas para la ceremonia de reconocimiento del Jefe del Estado. Igual, dejar plantados a varios de sus ministros para posesionarlos no es resaltante, pues nada de raro que estuvieran al tanto de los desvíos de su jefe, todos son marionetas petristas que justifican y alaban cualquier estupidez, grosería o faltas disciplinarias o penales cometidas por este émulo mezcla barata de Calígula, Hitler y Stalin, guardadas las proporciones porque la estatura política y humana de Petro es insignificante si se compara con los modelos mencionados.

     La actitud de Petro no es extraña, de hecho, es la actitud recurrente de todos los comunistas en el mundo y especialmente en Colombia.

      Gustavo Petro resultó electo presidente de Colombia en unas elecciones atípicas por lo plagadas de denuncias de fraudes hechas inclusive por dos ex presidentes a quienes ni siquiera les colocaron atención y el Jefe el Estado ni los entes de control o las Altas Cortes no actuaron de acuerdo a sus potestades de ley.

      Benedetti, Roy Barreras, Piedad Córdoba, Alirio Muñoz, fueron electos como congresistas y otros nombrados en altos cargos del Estado a pesar de las múltiples investigaciones penales en su contra por hechos que van desde la corrupción hasta el narcotráfico; Lucho Garzón cuando era alcalde de Bogotá quebrantaba la ley zanahoria impuesta por la alcaldía y ni hablar de los contratos firmados el último día de su mandato.

      Mockus, admitió abiertamente su contubernio con las Farc; de Samuel Moreno, ni hablar, aunque está pagando cárcel por sus crímenes en un casino de oficiales de la Policía Nacional; Claudia López, investigada, condenada y luego absuelta misteriosamente por un contralor amigo debido a un supuesto detrimento patrimonial en la alcaldía de Peñalosa.

       El denominador común de la mayoría de los mencionados, son comunistas de alto rango, es decir, oligarcas comunistas, pues otros de sus cómplices no son comunistas, son solamente mercenarios expectantes a que los altos cargos del Estado a los que llegan les permitan emular a las oligarquías comunistas de Corea del Norte, Cuba, Nicaragua y Venezuela, llenándose de dinero de las arcas del Estado. “…Por sus hechos los conoceréis…” (Mateo 7:15-20)

      Petro es el clásico resentido a causa de su mentalidad cimentada en el odio de clases marxista, a quien se le apareció la Virgen cuando fue reclutado como integrante del narcoterrorista M-19, de lo contrario no habría logrado ni el diez por ciento de lo que ha hecho.

      No se destacó académicamente cuando estudió economía en el Externado, ya han sido socializados los resultados académicos de su pregrado, bastante mediocres por cierto y que justifican las insensateces con que intenta dirigir al Estado.

      Tampoco se destacó “militarmente” como miembro del M-19, pues nunca combatió en la selva como Navarro Wolf y Vera Grabe entre otros, a no ser que se homologuen como combates los que sostuvo contra los comerciantes de Corabastos y contra los secuestrados por cuya seguridad respondía.

      Siempre permaneció oculto y preferiblemente disfrazado de mujer, pero lo característico es que Petro siempre ha vivido al margen de la ley a la que desprecia y viola recurrentemente tanto en la clandestinidad como desde su desmovilización, pues Petro no es amnistiado ni indultado, solamente desmovilizado si nos atenemos a comunicación oficial del Ministerio de Justicia, es decir, tiene pendiente su reinserción a la vida civil de acuerdo a los requisitos de nuestra normatividad legal.

     En resumen, su arreglo de cuentas con la justicia colombiana. Otra cosa es que los entes responsables por exigirlo se hagan los de las orejas largas.

      El desplante a las Fuerzas Militares y Policía Nacional no es solamente a los generales, es a todas las tropas, desde el soldado, marino, aviador y policía, hasta sus cabezas jerárquicas. Es la manifestación abierta de su desprecio por las figuras de autoridad contra el crimen que representan militares y policías, además por supuesto, de su desprecio y desatención a las leyes colombianas las cuales a Petro y sus socios y aliados comunistas y mercenarios, les importan un rábano, pues son plenamente conscientes de que pueden hacer y deshacer, gracias al manto de impunidad con que nuestro statu quo los mantiene cubiertos. Su elección tan cuestionada, así lo demuestra.

     La filosofía comunista en cabeza de Petro es minimizar sicológica y materialmente a nuestros militares y policías, destruir las estructuras de las Fuerzas Militares y politizar a la Policía Nacional cambiándola de ministerio, principalmente para eliminar cualquier oposición u obstáculo a su proyecto totalitario contra Colombia.

       También para demostrar que puede hacer cuanto se le ocurra sin importar si es ilegal, inmoral o antiético y eternizarse en el poder al igual que en Corea del Norte, Cuba, Nicaragua y Venezuela, dejando como herederos políticos y económicos a sus hijos, parientes y aliados cercanos.

      Convirtiéndose él y los cabecillas de su régimen, en oligarcas comunistas al estilo del sátrapa Kim Yong Il cuya familia lleva 74 años oprimiendo al pueblo norcoreano, la familia Castro Ruz con 63 años en el poder en Cuba, Daniel Ortega y sus cabecillas con 43 años en el poder en Nicaragua y el régimen castro–chavista de Maduro, el Cartel de los Soles y la familia Chávez con 23 años en el poder en Venezuela.

     El denominador común para los países con regímenes comunistas como el que piensa instaurar Petro en Colombia es la miseria, hambre, violencia, con lo que mantienen a sus pueblos, obviamente controlados mediante un sistema de milicias armadas que mantengan sojuzgados a los habitantes, sin medios ni ánimos para presentar una oposición razonable.

      Por ello la creación de las guardias campesinas como organismos armados rurales, legalización de la primera línea como organismo armado urbano, paso de la policía al ministerio del Interior, reducción del pie de fuerza de las Fuerzas Militares para convertir a las Fuerzas Armadas del Estado en unas Fuerzas Armadas del régimen tal cual se estila en Corea del Norte, Cuba, Nicaragua y Venezuela.

      Además de la prohibición del porte legal de armas para los ciudadanos porque el ciudadano desarmado no se rebela, mas no así para los delincuentes quienes tendrán amnistía total, legalización del narcotráfico y fin de la extradición.

      Petro y sus adláteres están convencidos que por el hecho de tener a su lado a unos cuantos descriteriados generales, coroneles, suboficiales y soldados ya retirados, y por las apariciones que está haciendo en las unidades militares almorzando con soldados y abrazando a subtenientes femeninas, los integrantes de las Fuerzas Militares y de Policía, son ya petristas furibundos.

       Pero, no es así, tanto militares como policías en su inmensa mayoría son anti comunistas, anti terroristas y anti politiqueros, pues han experimentado en carne propia las vellaquerías que unos y otros les siguen haciendo al pueblo colombiano, inclusive a ellos mismos.

      Los militares y policías, así como los colombianos en general, miramos a Petro y su gobierno con una desconfianza de casi el 100%, pues sabemos hasta dónde puede intentar llegar, si los colombianos lo permitimos dentro de la democracia, la ley y el orden.

       Es tiempo de mostrar al régimen los verdaderos sentimientos y deseos de los colombianos: no aceptamos una tiranía comunista y la miseria económica y social que nos está proponiendo. Hay que levantarse y protestar.

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies. Puede ver aquí la política de cookies.    Más información
Privacidad