Ad portas de inminente batalla por Kherson, Rusia desplaza por la fuerza a miles de ucranianos
En el mismo momento que Putin ratificó su visión imperialista y reiteró que Ucrania no existe, las ya consuetudinarias violaciones de los derechos humanos e infracciones graves al Derecho Internacional Humanitario cometidas por parte de las fuerzas invasoras rusas, una nueva denuncia formulada por funcionarios oficiales ucranianos, demuestra que por orden de Putin, sus tropas intentan desalojar a los pobladores civiles de la estratégica ciudad de Kherson, para ocupar posiciones de combate con tropas rusas recién movilizadas.
Todo esto sucede, a medida que crecen las señales de que se acerca una gran batalla por el control de la región. La ciudad de Kherson es la única capital regional conquistada desde que los rusos la invadieron en febrero de 2022, pero sin detener el ímpetu de la ofensiva actual, las fuerzas militares ucranianas dicen que están decididas a retomarla, sin importar el costo.
El 1 de noviembre de 2022, al mismo tiempo que las fuerzas ucranianas avanzaban bajo el constante e intenso fuego de artillería, se informó a los medios de comunicación internacionales, que los soldados rusos estaban fortificando posiciones defensivas alrededor de la ciudad, inclusive alrededor de áreas residenciales.
En el comunicado de prensa, el ejército ucraniano aseguró que los llamamientos de los funcionarios rusos y prorrusos de ocupación, para que la gente abandonara la zona forman parte de una campaña de guerra sicológica, utilizada para aterrorizar y deportar a decenas de miles de pobladores civiles a través del río Dniéper hacia zonas del oriente de Ucrania, que aún permanecen bajo férreo control de Moscú.
Los funcionarios locales prorrusos afirmaron que la reubicación de habitantes de Kherson, pretendía protegerlos de los ataques, pero los informes de inteligencia que surgieron de la icónica ciudad, evidencian motivos menos nobles por parte de las fuerzas invasoras para retirar de la zona urbanizada de la ciudad a todos sus moradores, puesto que en realidad intimidan a la gente y la obligan a evacuar. Luego, los soldados rusos allanan las casas de los que se fueron y saquean todo lo que les sea útil y lo demás lo destruyen.
Kherson localizada a unas 340 millas al sur de Kiev, es una ciudad portuaria cuya economía gravita en gran parte alrededor de la construcción naval. Es estratégicamente importante como punto de acceso al Mar Negro y Crimea, y por su valor geoestratégico habilita un camino hacia la costa sur de Ucrania, muy útil para las fuerzas invasoras rusas.
En consecuencia, la caída de Kherson en manos de las tropas ucranianas, implicaría un golpe estratégico y psicológico para Rusia. Si la caída de Izium tras una habilidosa maniobra estratégica y táctica de Ucrania, desajustó el entramado y el dispositivo rusos en el Donbás sin que hasta la fecha las fuerzas de maniobra terrestre del Kremlin se hayan superado de este fracaso, perder a Kherson sería letal para los planes de Putin. A corto y mediano plazo.
Para cumplir el cometido dispuesto por el Kremlin, el ucraniano prorruso Vladimir Saldo, gobernador de Kherson, recientemente designado por Putin para ejercer dicho cargo, dijo que decenas de miles de personas deberían evacuar la capital regional, y que aquellos que no obedecían correrían el riesgo de ser tratados como hostiles a la bandera rusa. El 1 de noviembre de 2022, Saldo amplió la orden para abarcar todos los pueblos, aldeas y ciudades, localizadas en un rango de 10 millas alrededor del río.
El mismo día, los representantes rusos indicaron que la orden también se aplicaría a todo el distrito alrededor de una represa estratégicamente importante, localizada a 40 millas río arriba, en Kakhovka, e incluiría a algunas personas que viven en la margen oriental del río Dnipro.
Por su parte, Vitaly Kim jefe de la administración militar regional ucraniana en la asediada ciudad de Mykolaiv, ratificó que los soldados rusos están desalojando a los civiles para proporcionar lugares donde alojar las tropas recién movilizadas por Putin, con la esperanza de que al proporcionar espacios para vivir con calefacción, agua y energía — dijo que las condiciones eran mejores que en casa — estarían más motivados para combatir contra los ucranianos.
En esencia, los rusos pretenden convertir la ribera oriental del río Dnipro en una “zona militarizada bajo el control total de Rusia”.
Para los residentes de Kherson, la situación empeora día a día. La ciudad está vacía, como si se estuviera muriendo, pero sus habitantes siguen vivos y dispuestos a derramar sangre en defensa de su patria.
Entre tanto, las imágenes satelitales de la última semana de octubre de 2022, indicaron que las fuerzas rusas abandonaron sus posiciones en el aeropuerto regional de Kherson, ubicado a unas siete millas de la ciudad, pero se dedicaron a diseñar posiciones defensivas en Bilozerka y Chornobaivka, también en las afueras de la ciudad.
Simultáneamente, el alto mando militar ucraniano informó que las oficinas de la administración de ocupación rusa en Kherson fueron reubicadas por los invasores y los funcionarios prorrusos. Era un movimiento esperado durante semanas, pero en lugar de establecerse en la orilla oriental del río Dnipro que es controlada por Rusia, se trasladaron 50 millas al sureste de la ciudad de Skadovsk, en el litoral del Mar Negro.
Desde el balneario de Sochi, en el Mar Negro, donde se reunió con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, mediante una maniobra de guerra sicológica, cuando las fuerzas rusas se preparaban para lo que podría convertirse en una batalla crítica en Kherson, Vladimir V. Putin afirmó que ya no está en vigor la orden de movilización militar, que tan pronto fue publicada, precipitó a cientos de miles de hombres rusos en edad militar, a abandonar el país.
Para adobar y adornar el mensaje, Putin adujo que el servicio militar obligatorio había cumplido su objetivo de traer 300.000 soldados más, pero que por el momento solo 41.000 de ellos estaban involucrados en operaciones de combate en Ucrania.
En otro escenario de Europa, el mismo 1 de noviembre de 2022, varias docenas de tropas de defensa aérea ucranianas estaban completando un entrenamiento en Noruega, con énfasis en cómo emplear sofisticados sistemas de defensa anti aérea, destinados a proteger la ya afectada infraestructura, en ciudades de todo el país, incluidas algunas que están lejos del frente, que han perdido electricidad, calefacción y agua durante los demoledores ataques rusos.
El final de tan necesario entrenamiento especializado para tropas definidas, que ha estado en marcha durante varias semanas, abriría el camino para la entrega de los Sistemas Nacionales Avanzados de Misiles Tierra-Aire, conocidos como NASAMS. Los dos primeros equipos completos, deben llegar a Ucrania en los próximos días.
Los NASAMS, que están equipados con misiles guiados por radar lo suficientemente potentes para derribar aviones de combate, drones militares y misiles de crucero, brindan una cobertura de corto a mediano alcance de aproximadamente 18 a 30 millas. Son armas empleadas para proteger de ataques aéreos la Casa Blanca y otros sitios estratégicos en Washington.
La resiliencia, voluntad de vencer y capacidad de lucha ucraniana son paradigmáticas. Un día después de que los misiles de crucero rusos dejaran sin agua el grifo de casi toda la ciudad de Kiev, el servicio se restableció por completo. Hasta entonces, muchos habitantes de la capital ucraniana, se habían visto obligados a recoger agua en las fuentes públicas.
Sin embargo, durante la reunión con el comisionado europeo de energía, Volodymyr Zelensky presidente de Ucrania, manifestó que alrededor del 40% de la infraestructura energética crítica de su país ha sido destruida o dañada. Dijo que los ataques rusos afectan severamente las plantas de energía térmica, las plantas combinadas de calor y energía y las plantas de energía hidroeléctrica.
Zelensky también habló con el presidente Emmanuel Macron de Francia, asegurando un compromiso para ayudar a Ucrania a reparar la infraestructura de agua y energía. Finalmente os dos mandatarios acordaron celebrar en diciembre en la ciudad de París, una conferencia internacional con el objetivo de apoyar a los pobladores civiles de Ucrania durante el invierno.
Dentro del aluvión de noticias derivadas de la suspensión por parte de Rusia de un acuerdo internacional para liberar las exportaciones de alimentos bloqueadas en los puertos del Mar Negro ha generado alarma en los países que ya luchan por alimentar a su gente. Aunque del sur de Ucrania, partieron tres barcos con maíz, trigo y aceite de girasol, funcionarios de la ONU dijeron que no se esperaba que saliera ningún otro barco, situación que genera dudas sobre cuánto tiempo perdurará el acuerdo de paso seguro negociado con la cancillería rusa por delegados de las Naciones Unidas y Turquía.
No obstante, después de hablar con Putin, el presidente Recep Tayyip Erdogan de Turquía dijo que estaba “seguro” de que las diferencias sobre el acuerdo de granos podrían resolverse.
Y un día después de que el presidente Biden acusara a las compañías petroleras, inundadas de dinero desde cuando empezó la invasión rusa contra Ucrania, producto de la “especulación de la guerra” y exigió que ampliaran los suministros para bajar los precios internacionales del barril de petróleo.
El fuerte llamado de atención de Biden se debió a que Saudi Aramco, la compañía petrolera más grande del mundo, aseguró públicamente haber ganado 42.4 mil millones en ingresos netos durante el tercer trimestre de 2022.
Los ingresos permitieron a la compañía saudita, que está controlada por el Estado, que además tiene casi el monopolio de la producción de petróleo de Arabia Saudita, pagar un gran dividendo (18.750 millones de dólares) principalmente al gobierno del país. En contraste con el deseo de Biden, el grupo conocido como OPEP Plus, que incluye en su seno a Arabia Saudita y Rusia, está recortando la producción para aumentar aún más el precio del petróleo, audaz paso de manejo económico estratégico, del que los analistas occidentales temen ayudará a Putin a financiar la guerra contra Ucrania y contra Europa si llegara a descomponerse la situación.
Como se puede inferir del anterior análisis, la guerra de Ucrania sigue aportando informaciones novedosas del más alto nivel estratégico, a los estudiosos de la geopolítica, la historia militar, las ciencias militares y a los gobernantes del mundo con sus gabinetes, ad portas de la inminente batalla por el control Kherson, mientras Rusia desplaza por la fuerza a miles de ucranianos.
Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido
Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional
