¿Cómo podemos negociar con un superpoderoso convertido en criminal de guerra?

     -Traducción de Rosa Lía Medina para  FUNDELT del New York Times –

      Por Thomas L. Friedman – Columnista de Opinión NYT

     Abril 10 de 2022

       Es difícil de creer, pero ahora imposible de negar, que el amplio marco que mantuvo gran parte del mundo estable y próspero desde el final de la Guerra Fría se ha fracturado gravemente por la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin. En formas que no habíamos apreciado completamente, gran parte de ese marco se basaba en la capacidad de Occidente para coexistir con Putin mientras jugaba al “chico malo”, poniendo a prueba los límites del orden mundial pero sin traspasarlos a gran escala.
      Pero con la invasión no provocada de Ucrania por parte de Putin, su destrucción indiscriminada de sus ciudades y los asesinatos masivos de civiles ucranianos, pasó de ser un “chico malo” a un “criminal de guerra”. Y cuando el líder de Rusia, un país que abarca 11 zonas horarias, con vastos recursos de petróleo, gas y minerales y más ojivas nucleares que cualquier otro, es un criminal de guerra y debe ser tratado como un paria de ahora en adelante, el mundo como lo hemos hecho. sabe que ha cambiado profundamente. Nada puede funcionar igual.            
        ¿Cómo tiene el mundo una ONU eficaz con un país dirigido por un criminal de guerra en el Consejo de Seguridad, que puede vetar todas las resoluciones? ¿Cómo es que el mundo tiene alguna iniciativa global efectiva para combatir el cambio climático y no poder colaborar con el país con mayor masa terrestre del planeta? ¿Cómo trabaja Estados Unidos de cerca con Rusia en el acuerdo nuclear con Irán cuando no tenemos confianza y apenas nos comunicamos con Moscú? 

       ¿Cómo aislamos y tratamos de debilitar a un país tan grande y tan poderoso, sabiendo que puede ser más peligroso si se desintegra que si es fuerte? ¿Cómo alimentamos y alimentamos al mundo a precios razonables cuando una Rusia sancionada es uno de los mayores exportadores de petróleo, trigo y fertilizantes del mundo?

       La respuesta es que no lo sabemos. Lo cual es otra forma de decir que estamos entrando en un período de incertidumbre geopolítica y geoeconómica que no conocemos desde 1989, y posiblemente 1939.

      Y promete empeorar en lugar de mejorar, porque Putin está ahora como un animal acorralado. no solo se equivocó mucho en su invasión a Ucrania; produjo el efecto contrario de lo que estaba esperando alcanzar, haciéndolo desesperar por algún logro de guerra a cualquier precio, lo cual puede enturbiar este hecho.

      Putin dijo que tenía que ir a Ucrania para expulsar a la OTAN de Rusia, y su guerra no solo ha sido vigorizada sino estancada por una alianza militar del oeste que también tiene la solidaridad de la OTAN y la modernización de las armas tanto como Putin esté en el poder y probablemente otra generación después de esto.

      Putin dijo que tenia que ir a Ucrania a remover la tomada decisión Nazi en Kyiv y regresar tanto a la población ucraniana como a su territorio  a los brazos de su Madre Rusia, a donde ellos naturalmente pertenecieron y en cuya imaginación desean estar. En cambio, por lo menos su invasión ha hecho ucranianos – aún algunos inicialmente pro-Rusia – los más amargos enemigos al menos por una generación, super-cargados del deseo de independencia y embebidos por la Unión Europea.

       Putin pensó que con tomar a Ucrania con una guerra relámpago, ganaría el debido respeto del Oeste por el valor militar de Rusia, terminando el insulto, por una economía más pequeña que la del Estado de Texas, de ser “una estación de gas con armas nucleares”. En cambio su Ejército ha sido expuesto como uno incompetente, bárbaro y necesitado de enrolar mercenarios de Siria y Chechenia para justo recuperar su tierra.

      Habiendo cometido tan grande error y habiendo lanzado la guerra por su propia iniciativa, Putín tiene que estar desesperado por demostrar que ha logrado algo, al menos el indiscutido control de la región de Odesa, en la costa ucraniana del Mar Negro y conectarla con Crimea. Y seguramente lo quiere para el 9 de Mayo, día de la gigante Parada Anual del Día de la Victoria que celebra el triunfo sobre los Nazis en la Segunda Guerra mundial, el día que los militares rusos reclaman su mayor gloria.

       De modo que Putin está tratando de engranar dos estrategias puntiagudas; la primera reagrupando sus devastadas fuerzas y concentrándose en un tamaño al menor costo militar. La segunda redoblando su sistemática crueldad con el continuo bombardeo de los pueblos ucranianos con misiles y artillería, para mantener la creación de tantas situaciones y refugios como de ruina económica que más pueda. Claramente confía en que primero fracturará el Ejército Ucraniano, al menos en el este, y que más tarde lo hará con la OTAN, como con sus Estados miembros que han acogido muchos refugiados y presionar a Kyiv a dar a Putin lo que quiera  para detenerlo.  

      UCRANIA Y OTAN por lo tanto necesitan una efectiva contra-estrategia.

      Esta tendría tres pilares. El primero apoyar a los ucranianos en la Diplomacia si ellos deciden negociar con Putin, a su llamado, pero también apoyar a los Ucranianos con el mejor armamento y entrenamiento si ellos deciden sacar al Ejército ruso de cada pulgada de su territorio.  El segundo es difundir diaria y claramente, en cada medio que sea posible, que el mundo está en guerra “con Putin” y “no con el pueblo ruso”, justamente lo opuesto a lo que él les está diciendo. Y el tercer pilar es redoblar el fin de nuestra adicción al petróleo, principal fuente de ingresos de Putin. La esperanza es que los tres pilares juntos pondrán en movimiento las fuerzas dentro de Rusia, que sacarían a Putin del poder.

        Si, es una propuesta de alto riesgo-alto premio. La caída de Putin podría dejar a alguien peor a la cabeza del Kremlin. Podría también prolongar el caos y la desintegración.

      Pero si deja a alguien mejor, alguien con un mínimo de decencia y ambición por reconstruir la dignidad y las esferas de influencia de Rusia, basadas en una nueva generación de  Tchaikovskys, Rachmaninoffs, Sakharovs, Dostoyevskys y Sergey Brins, no de oligarcas propietarios de yates, ciberpiratas y asesinos armados de polonio, el mundo entero será mejor. Muchas posibilidades para saludables colaboraciones serán resucitadas o sacadas de las cenizas.

      Solamente el pueblo ruso tiene el derecho y la habilidad para cambiar a su líder. Pero no es cosa fácil porque Putin, un Oficial ex-K.G.B. rodeado de muchos otros oficiales formados en inteligencia que son sus partidarios,  casi imposibles de desalojar.

       Pero hay un posible escenario: El Ejército Ruso es una Institución orgullosa y si continúa sufriendo catastróficas derrotas en Ucrania, yo puedo imaginar una situación en la cual, ya sea que Putin desee decapitar a su líder en el Ejército, para hacerlos responsables de sus fallas en Ucrania, o que el Ejército sabiendo que esto puede venir, trate de sacar a Putin primero. Nunca ha habido una pérdida de afecto entre los Militares Rusos y los K.G.B./S.V.R./F.S.B. tipos de seguridad alrededor de Putin.

       En resumen, teniendo el pueblo ruso que producir un mejor líder, es una condición para el mundo producir uno nuevo, un orden con más resiliencia global, que reemplace el orden post-guerra fría, que ahora Putin tiene destrozado. Lo que es también necesario creo, es que América sea un modelo de democracia y sustentabilidad que otros quieran emular.Cuando los      Ucranianos están haciendo el último sacrificio para mantener  cada pulgada y cada onza de su recién ganada libertad, es mucho pedir que América haga el pequeño sacrificio y compromiso de mantener nuestra preciosa herencia democrática?

     NT: Todo esto lo escribe Thomas L. Friedman, catalogado como el mejor analista de geopolítica que tiene el NYT, con varios de cuyos conceptos ha coincidido en múltiples entrevistas previas como invitado de CNN el Presidente de Fundelt.