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Conferencia completa del almirante Arancibia. Constituyente Chile

La compleja situación que mezcla terrorismo urbano, manipulación de jóvenes necesitados de soluciones sociales y políticas y los oscuros intereses de grupos comunistas armados y desarmados que interesados en derrocar la institucionalidad colombiana, cuentan con la complicidad de politiqueros corruptos; demanda quelos colombianos escuchemos e interpretemos, fenómenos similares o análogos, que están sucediendo enotros países del hemisferio.

En ese entorno, la hermana República de Chile está iniciando una trascendental reforma política, derivada de una situación similar a la nuestra, en la que hasta los indígenas de ese país se integraron al vandalismo como sucede en Colombia, es un referente académico y analítico para buscar soluciones a partir de analogías.

Teniendo en cuenta esa realidad geopolítica y político-social, la Fundación Excelencia, Liderazgo y Transformación invitó al señor almirante Jorge Arancibia Excomandante de la Armada chilena, senador y constituyente de su país, para que disertara acerca de los antecedentes, actualidad y perspectivas de la sonada reforma constitucional en Chile.

( Transcripción de oral a escrito, por Fundelt )

“Hay solo una cosa que me gustaría dejarles como especial recomendación, si Uds. llegaran a avanzar en la necesidad de una nueva Constitución, sean cuidadosos en establecer que eso lo haga y lo escriba una Convención Constitucional, no una Asamblea Constituyente, porque esta termina reemplazando al Congreso que está establecido.  La Convención Constitucional en Chile está mandatada con la única misión de presentar un proyecto de Constitución que será aprobada en un plebiscito y no tenemos que entrar en una política contingente. Puede ser una recomendación innecesaria, pero es que vemos como en otros países, Venezuela, por ejemplo, ha creado tanto caos y desbarajuste.”  –  Jorge Arancibia A.

Por el Almirante (R) Jorge Arancibia Arancibia

Es un privilegio tener la oportunidad de conversar con personas a las que nos unen relaciones de afecto sincero real y profundo, que han existido desde siempre entre nuestros dos países y en particular entre los espacios de nuestras Fuerzas Armadas de Chile y de Colombia, que se han intensificado por un intercambio desde nuestras escuelas matrices en la formación de nuestros oficiales, lo que ha ido enriqueciendo esta relación y la han hecho más próspera y más fuerte.

Soy de la promoción de 1960 y durante los cinco años de Escuela previa tuve grandes compañeros colombianos que después se incorporaron y funcionaron en la Armada de Colombia y de los cuales tengo gratísimos recuerdos, fueron grandes alumnos, grandes personas, grandes Cadetes y con algunos de ellos egresamos en el año de 1960. 

No me voy a referir al desempeño de mi vida naval, sino a hacer un par de referencias porque son de importancia para lo que hablaré más  luego; una de ellas fue mencionada en la presentación y es el hecho que en un momento determinado fui designado como edecán del Presidente de la República, el Sr. General Augusto Pinochet, y lo acompañe entre los años 1980, 1981, 1982 y pude aquilatarlo, vivir, participar, conocerlo, una experiencia realmente fantástica  y que de alguna manera me mostró cómo funcionaba la estructura de poder de un país, porque estaba en una posición privilegiada de 24 horas 7 días a la semana al lado del Presidente de la República, en un trabajo, un proceso muy intenso de esa época, lo cual fue una lección fantástica que me ha acompañado el resto de mi vida y que de pronto entra a justificar las oportunidades futuras que tuve.

Resaltándome en eso y sin mención de los buques que comandé, de los cursos que realicé y de las experiencias profesionales que vivÍ en la Marina, ascendí en 1989 a Contralmirante, el primer grado del Almirantazgo, es decir en el último año del gobierno militar y fui designado Subjefe del Estado Mayor General de la Armada, nombre más largo e impresionante que el cargo propiamente, pero estaba de nuevo al lado de la cabeza del mando institucional; entonces ahí se produce el cambio del sistema, termina el gobierno militar en el año 89 y en el año 90 entra el sistema democrático a hacerse cargo de la conducción del gobierno del país.

Para entonces, el Comandante en Jefe nombrado en la Armada de Chile, en esa ocasión el Sr. Almirante Martinez, me designó como Jefe de Estado Mayor General y ese si que era un puesto importante y obligante,  tradicionalmente el número dos de la Armada y yo estaba para entonces por ahí en el 15, lo que me obligó a desarrollar esas capacidades de manejo político de situaciones complejas en un período particularmente interesante, y que Uds. tal vez van a coincidir conmigo, fue la transición del gobierno militar a la plena democracia, que calificaría de muy destacada, ejemplar quizá.

En esa transición me tocó un rol bien importante, en primer lugar como 2o. al mando ayudarle al Comandante en Jefe a manejar esas situaciones de transferencia del poder que ejercían las Instituciones de las Fuerzas Armadas al poder Político, que se hizo en forma adecuada, no sin ciertos roces y problemas, pero en muy buena forma, como son los comentarios que me llegaron incluso desde el extranjero donde ponen a Chile como ejemplo de transición de un gobierno militar y una estructura democrática.

El siguiente paso que marca algo importante en mi trayectoria de vida es cuando estando ya hacía tres años en el proceso de transición, me llama el Ministro de Defensa de la época y me ofrece que asuma la Jefatura del Estado Mayor de la Defensa, un tremendo nuevo cargo que agradezco y entonces acepto para estar dos años, el primero con el ministro Rojas cuando se produce la entrega del gobierno y entra el Presidente Eduardo Frei a gobernar y llega el ministro Perez Yoma; y ahí si que estoy yo en el centro de la relación político militar dentro del proceso aún de transición que es realmente enriquecedor y que me abre las puertas para pensar en las posibilidades de llegar en el futuro a la Comandancia en Jefe de la Institución, que se ven potenciadas para interactuar.

¿Por qué me invitaron para asumir la Jefatura del Estado Mayor de la Defensa de un gobierno democrático, habiendo sido Edecán del General Pinochet y siendo sin ninguna duda alguna, adicto al General? porque Uds. comprenderán que esos roces que yo mencioné entre personas de carácter fuerte como eran el ministro Rojas y el General Pinochet requerían de una persona con alguna capacidad de mediación y yo tenía muy buena relación con ambos y serví de puente para resolver algunas cosas importantes.

Explico esto porque parecería raro que un Oficial que había tenido un desempeño profesional tan cercano al anterior Presidente, el General Pinochet, fuera convocado y llegara a ser Comandante en Jefe de la Armada y tuviera un puesto de relevancia con los niveles de lealtad, amistad, de cariño y afecto que le guardaba a ese general, inolvidable para mí y grandioso para Chile.

Y he querido explicarlo así, para que se entienda por qué este Almirante empieza a entrar en política, por qué el destino lo coloca en esos puestos dentro del periodo de transición y lo lleva a tener contacto con esos políticos de la época, que deben haber valorado en alguna forma los esfuerzos hechos para que la transición se hubiera efectuado bien y entonces fui nombrado Comandante de la Armada en el año de 1997.

Estoy en el cargo cuatro años, pues la legislación nuestra regula la estancia de los comandantes en jefe y para ser nombrados deben ser designados por el Presidente de la República entre los cinco Almirantes de la Marina, o de los Generales del Ejército o de la Fuerza Aérea. Entre los cinco presentados de la Marina yo era el número uno y fui designado comandante en jefe; como tal estuve en Colombia un par de veces en visita oficial, con una invitación, una atención y un cariño extraordinarios por parte de mis pares en Colombia. Tuve dos grandes amigos que fueron también Comandantes en Colombia, durante mi propio período en Chile y que reforzaron esa relación entre nuestros países y nuestras instituciones.

Ahora vamos a la parte política; como les decía y describía rápidamente los cargos desempeñados, cuando fui comandante en jefe pienso que han debido haber jugado un rol de alguna importancia o notoriedad política, por la experiencia que había tenido previamente.  Cuando estoy terminando mis cuatro años, llega una invitación clara y precisa para postularme a un cargo en el Senado de la República por el partido UDI, en ese tiempo parte derecha de Centro Derecha, para que me presentara a una elección popular, desafío que acepté y por tanto renuncié un par de meses antes de terminar mi mandato como Comandante en Jefe de la Armada Chilena, me presenté por la Quinta Región Valparaíso-Costa y resulté elegido senador de la República.

Hubo un período y hubo una cantidad de Jefes Militares y de autoridades nacionales, que ocuparon cargos de senadores institucionales que también fueron llamados senadores designados, que no fueron producto de una elección popular, sino del cargo que ocuparoanteriormente. Mi antecesor fue uno de ellos, el almirante Martínez, que también fue senador institucional durante 8 años, y no se trató que yo lo reemplazara, sino que como electo,entrè por otra vía a ejercer la función legislativa que el ordenamiento institucional demandaba.

Ahí estuve un periodo de 8 años en una interacción dinámica política particular, participando en un momento importante de la historia, que se entienda, dada la situación actual que estamos viviendo ahora, porque en ese periodo de transición que se generó.

Una de las normas que existían  era  que el congreso iba a estar operado, administrado,  conducido, e interactuado por un sistema que era binominal, es decir, permitía la conformación de dos grandes grupos. Ahí estaba la centro derecha por un lado y la centro izquierda por el otro; la centroizquierda gobernando al país en términos generales, dos presidentes demócratas de origen cristiano, el presidente Feliciano y después el presidente Frei, luego el presidente socialista Lago y entonces la presidenta socialista Michelle Bachelet; aparece a continuación el primer presidente de centro derecha Piñera, después se repiten ellos y ahora estamos viviendo el segundo periodo de Piñera.

En ese proceso, en ese cambio, hay un tema bien importante. Alguien me hizo un comentario inicial, que cuando se había producido el cambio del régimen militar al régimen democrático, si había sucedido una reducción, un achique o un recorte del presupuesto de las Fuerzas Armadas, y la respuesta es no.

El Estado siguió funcionando con la estructuras que traía, siguió funcionando muy bien el nuevo gobierno, con el sistema  democrático que se implantó, continuó con las mismas políticas económicas de libre mercado que el gobierno militar  había manejado.

El mundo se abrió a Chile porque se había terminado ese periodo y empezamos a producir una serie de acuerdos de libre comercio, que ha hecho que nuestro comercio internacional se disparara, fructificara y que con muchos países del mundo tuviéramos esas relaciones especiales comerciales.

Nuestra economía se vio brutalmente potenciada por la iniciativa que habíamos tenido desde el gobierno  militar de una figura que se llamó las AFP o asociaciones de fondos de pensiones y ahí de alguna forma poníamos nuestro dinero, no las Fuerzas Armadas, sino el estamento civil ponía ahí los dineros para ir conformando las pensiones a futuro y ustedes se imaginarán el capital gigantesco, que se fue acumulando, una bomba de incentivos de desarrollo por la cantidad de dinero que ahí se mantenía E hizo que nuestro país iniciara un proceso de crecimiento disparado, realmente asombroso, con todos los indicadores mejorando, disminuyò el desempleo, la pobreza, crecimos a un ritmo del 7-8 % anual, muy distante del resto de la América hermana, estuvimos viviendo un proceso de desarrollo realmente notable.

Dentro de ese proceso, me atrevería a decir que se fue gestando al interior del gobierno y al interior de las fuerzas políticas del país, cierta insatisfacción de un sector que estimaba que no era posible que esa estructura democrática que estábamos ahora desarrollando y llevando al país adelante, siguiera jugando con las reglas del viejo régimen;.

Hubo entonces los auto-complacientes y los auto-flagelantes que así se llamaban unos que no estaban contentos con lo que se estaba haciendo, porque era una copia de concepción de esa naturaleza, y otros que estaban muy entusiastas haciendo lo que creían que tenían que hacer con  un  país estaba creciendo y mejorando todos sus estándares. Pero de ese germen de los auto-flagelantes, es que viene a iniciarse un proceso de transformación, que después del primer gobierno del presidente Piñera empieza a producirse, porque estas cosas en política se van produciendo con el tiempo.

El presidente Lago, el primer presidente socialista que teníamos después del presidente Allende, fue un gran presidente que manejó este país en forma magnífica y el crecimiento del país fue notable durante su gestión.

De ahí pasamos al primer gobierno de la presidenta Bachelet que tuvo un emparejamiento, ahí empieza a producirse una nivelación del proceso, un aplanamiento del crecimiento, durante cuatro años, viene el presidente Piñera y empieza una recuperación, porque el era un Economista notable y hay un salto en la recuperación económica, aparece el segundo gobierno de la presidenta Bachelet que viene ya potenciada por los auto-flagelantes, al punto que ella introduce en su gobierno al Partido Comunista, que hasta ese momento había estado observando sin ninguna participación porque al no estar en ninguno de los dos grandes bloques centro derecha y centro izquierda era muy difícil desarrollar un rol importante.

En el segundo periodo de la presidenta Bachelet, el partido comunista es incorporado al gobierno y al congreso y se entra a definir lo que se llamó el periodo de la “Concertación de partidos por la democracia”. Y ahí si comienza un proceso de reformas más drástico, logrando por ejemplo el cambio del sistema binominal que tenía esos dos grandes bloques que permitían un juego y un equilibrio político, que para para nosotros y para mí en ese momento era muy adecuado,

Pasamos a implementar un sistema que se llamó “proporcional modificado”, con el cual aguantamos esa cantidad de partidos que entran a ese sistema y teóricamente se tiene una más próxima y amplia expresión ciudadana en el congreso, pero una mucho mayor dificultad de encontrar acuerdos, porque cuanto eso se multiplica por X la cosa se hace muchas más veces difícil.

Fenómeno que se empieza a producir y vienen entonces los cambios del congreso, viene la modificación de las leyes, viene esa actitud del gobierno de querer cambiar la educación, de querer cambiar la salud y todos aquellos servicios que de hecho tienen la responsabilidad de dar a aquellos que más los necesitan y ahí entonces la recuperación de Chile se empieza a aplanar.

Llegamos entonces al segundo gobierno de Piñera, después del segundo de la presidenta Bachelet, que sin embargo termina con un buen porcentaje de adhesión. Pero, nuevamente Piñera empieza un proceso de recuperación y a los dos años, el 18 de octubre de 1919, tengo que decirlo con gran sorpresa, se produce una manifestación social enorme,

En Santiago se reúnen un millón y tantos de personas que se convocaron en esta marcha, de gente muy variada es decir que no tenían una causa, sino que no estaban contentas con lo que estaban recibiendo hasta ese momento. Unos se quejaban de la salud, o había un caso de otro tipo, o el trato con las autoridades del gobierno no era el adecuado, lo que Uds. quieran. Era un montón de sentimientos de desagrado que de alguna manera, un día produce esta convergencia y se produce esa explosión social, que entonces tiene una segunda fase de carácter claramente delictivo.

Entiendo que en Colombia en este momento de alguna manera están sufriendo situaciones similares, donde la irracionalidad de ciertos grupos vandálicos entran en procesos de destrucción, de saqueo de ruptura, de lo que se les ocurra, pero que conmociona todo el sistema y viene un remezón que afecta en forma dramática a un país como Chile, que venía de tener veintitantos, casi treinta años de los mejores de su historia.

De repente se enfrenta de la noche a la mañana contra una situación. Y se lo digo así sin ninguna señal, aunque siempre hay señales,  pero la gente común y corriente no podría imaginarse esa explosión social y la siguiente fase delictiva. De ahí el desmanejo en el sistema de seguridad, que permitiera recuperar el orden público y el sistema administrativo del país para que la gente pudiera reiniciar su vida normal.

Eso no se produjo, y tuvimos en el tiempo la existencia de una actividad delictual, que se manifestaba con particular característica, los días viernes en un lugar específico que era la Plaza Baquedano y que ellos llamaron la plaza de la dignidad.

Cuando estábamos soportando ese proceso delictual de la sorpresiva manifestación ciudadana,  nos llega el segundo de los enviones, la pandemia y empieza a afectar al país, a golpearnos como a todos en forma exponencial y por tanto empieza la cuarentena y todo tipo de medidas sanitarias indispensables, que sin duda quitaron espacio de libertad a las personas.

Y ahí es cuando se demuestran las capacidades notables de nuestro presidente Piñera, que visualizando esta situación que tenía y que era de impacto mundial, se embarca en la consecución de vacunas para que nuestro país pudiera llegar cuanto antes a esa “inmunidad de rebaño” que llaman y es muy exitoso en su gestión; empezamos un proceso de vacunación intensa que hasta el día de hoy continuamos y afortunadamente en este momento puedo decir con cifras definitivamente decrecientes en nuevos pacientes, de fallecidos, con disponibilidad de camas, de respiradores y de todos el sistema médico,  indispensables para atender a la gente que estaba sufriendo esa situación.

Tenemos entonces en ese momento al país enfrentando dos crisis, una de efecto social delictual y otra sanitaria con la pandemia; era tan compleja, tan delicada, tan inestable la situación, que se junta el mundo político en una noche determinada,  el 18 de Noviembre y llegan a un acuerdo por la paz y nueva constitución, la que hasta entonces no estaba en las prioridades de la gente; se miraban las encuestas y todo tipo de mediciones que se dan en el tiempo y eso de nueva constitución no estaba, pero en ese momento crítico donde la cosa estaba muy tambaleante y la institucionalidad muy inestable, se junta el mundo político sin el partido comunista y hacen el acuerdo mencionado; se inicia un proceso de consulta popular que va a preguntarle a los ciudadanos si quieren o no una nueva constitución y ante esa eventualidad, si quieren que esa constituyente esté conformada por gente común y corriente o que 50% de políticos electos funcionando en el congreso pasen a esa convención constitucional, o si quieren que todos sean electos. La respuesta de la gente, queremos nueva constitución y que todos sean electos, no queremos nada de este grupo político que esta en este momento y que nos tiene en esta situación; queremos elegir constituyentes y queremos nueva constitución.

Si Uds. me preguntan, cuál era mi postura en el momento de la consulta, lo digo y lo dije en diferentes oportunidades, mi posición fue de rechazo porque no quería  en ese momento de crisis social, delictual y sanitaria, agregar una tercera variable que produjera un aumento en la inestabilidad nacional como era la producida por el cambio de las reglas de juego; yo fui hombre de rechazo pero la verdad es que  el resultado de la consulta fue 80/20, exactamente 78/22, pero casi el 80% de los chilenos quiso nueva constitución y frente a ese mandato con una votación tan importante, una de las más importantes que ha habido en Chile por la cantidad de votantes, asumí el tema que estábamos enfrentando y ante una nueva invitación de ese partido que adherí, cuando me retire de la marina e ingrese al senado de la república, me presento de nuevo a una elección de tipo popular, por el mismo distrito que me eligió Senador de la República, resulto de nuevo electo.

Si esta conferencia la hubiéramos hecho en una semana más o en quince días más, yo les hubiera podido decir como ha sido el tema, en verdad notable, porque hemos tenido que hacer cambios transitorios a la constitución para poder implementar la constituyente; se cambiaron varios artículos y dentro de esos cambios se permitió la participación de ciertas listas de independientes que tenían que cumplir ciertos requisitos de porcentajes de los que habían participado en la última elección de diputados; pero no los quiero enredar con esos datos, pues  pasamos de un país donde  existían tres grupos políticos, uno de centro derecha, uno de estructura Centro y otro de centro izquierda, a uno que tiene una dispersión enorme, el distrito del que yo me presenté tenían 11 listas; si no se hubiera abierto el espacio para los independientes, y no tuve nada que ver en eso, se habrían tenido 3 listas, pero pasamos a 11 listas y 84 candidatos para 7 asientos en la convención.

La dispersión, el número de listas y de candidatos fue una cosa novedosa, fue impactante y el resultado es el que estamos viendo ahora, apareció un factor a la izquierda de la izquierda, si me permiten graficarlos de alguna manera, con la lista del pueblo y la lista independiente de independientes que tenían importante representación entre los convencionales que habían elegido; estamos ad portas del acto de inauguración de la nueva Convención Constitucional que será este próximo domingo y en esa oportunidad nos vamos a reunir los 155 en el antiguo Congreso Nacional que estaba ubicado en Santiago de Chile, será la sede donde vamos a operar durante el periodo que va a funcionar la Convención; a pesar de todas las variantes que aparecen y se dicen, lo único que vamos a  hacer es aceptar el cargo, con la participación básica de los 155 más la Secretaria Ejecutiva del Tribunal Calificador de Elecciones, quien tocará la campana y solicitará a todos la aceptación del cargo, pues la izquierda pidió apartarse del protocolo anterior de juramento y demás simbología. A continuación, se procederá al nombramiento del presidente y vicepresidente y ese será el programa oficial del primer día.

Como cosa notable e importante y realizada por primera vez, hemos incorporado a los Pueblos originarios y hay 17 escaños reservados para ellos. Hay una serie de peticiones de hacer algunos actos de acuerdo con sus tradiciones y cultura, lo cual está en conversación. Hasta acá puedo contarles la realidad sucedida y me hubiera gustado poder describirles algo sobre el desenvolvimiento de la Convención Constitucional pero solo hasta el próximo domingo será su inauguración.

Somos 155 y me atrevería decirles que si ustedes, miden este grupo, el esquema, la situación la representación, se ha desplazado un tanto hacia la izquierda con respecto a la tradición y la cultura nuestra donde teníamos dos grupos iniciales y cuando cambio al sistema proporcional modificado, pasamos a tener tres, derecha, centro, izquierda, ahora está mucho más disperso y vamos a ver cómo podemos ponernos de acuerdo para escribir una nueva Constitución, el ánimo y el compromiso ciertamente está.

Para su información yo soy el Constituyente de mayor edad, tengo 81 años y represento a la centro derecha y la más joven es una chica de 21 años y representa al partido Comunista; tuvimos un encuentro convocado por periodistas que nos hicieron preguntas y algunas consultas, lo que resulto interesante y se pudo apreciar el cuadro de extremos en edad, género y partidos, que nadie se lo hubiera imaginado.

“Hay solo una cosa que me gustaría dejarles como especial recomendación, si Uds. llegaran a avanzar en la necesidad de una nueva Constitución, sean cuidadosos en establecer que eso lo haga y lo escriba una Convención Constitucional, no una Asamblea Constituyente, porque esta termina reemplazando al Congreso que está establecido.

La Convención en Chile está mandatada como única misión el presentar un proyecto de Constitución que será aprobada en un plebiscito y no tenemos que entrar en una política contingente. Puede ser una recomendación innecesaria, pero es que vemos como en otros países, Venezuela, por ejemplo, ha creado tanto caos y desbarajuste.”

Excelencia, Liderazgo y Transformación

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