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Hablemos de Folklore y Medio Ambiente: Mitos y Leyendas del Caquetá.

     Teniente Coronel (V.F.P.) Ramiro Saldaña Amézquita

     Con el ánimo de propiciar una lectura un poco más amable en esta época de agitación política, desequilibrio ambiental, social y guerra, entrego un compendio de la Charla dictada por quien aquí escribe, en el evento de la Tercera Feria Internacional del Libro en Bogotá, sobre el tema del epígrafe, que por fortuna siempre será vigente, pues en guerra y en paz, las costumbres y con ella el folklore, no desaparece.

     Miremos por ejemplo dichos como, “soldado avisado no muere en guerra”, o “más sordo que soldado de artillería”… en el genocidio de judíos emprendido por Hitler y su cultura expansionista, el “Pianista”, género del folclore musical, siempre estuvo presente.

      Por sugerencia del Señor General Eddy Pallares Cotes, (destacado Ingeniero Militar), quien fuera nombrado enhorabuena por el Gobierno Nacional como Gobernador del Caquetá en un interregno del gobierno regional (1988), y fungiendo para entonces como Jefe de Extensión Cultural del Departamento del Caquetá, el señor Licenciado Luis Ángel Muñoz, me invitaron para representar a esta hermosa región en el evento cultura citado, honor que por supuesto acepté con el mayor de mis gustos.

     Esto de los Mitos y Leyendas, dichos, proverbios, agüeros, cuentos, en general paremiología, etc. es una mínima parte del folclore que a su vez, bien puede ser una rama de la Antropología.

     Antes de adentrarme en el tema propiamente dicho, quiero hacer alusión a unos, (por decir de alguna manera), pioneros (sin desconocer otros personajes) de nuestro folklore nacional, tomado de un artículo del periódico “La Patria”, de Risaralda, (enero 8 de 1984), intitulado, “Diccionario Folklórico Antioqueño” del eminente escritor y folclorólogo Euclides Jaramillo Arango, de quien tuve el honor de que me prologara una colección de cerca de 1.800 dichos (con su significado), que recogí en muchos lugares de Colombia a lo largo de mi carrera como Ingeniero Militar, y compilé en un libro intitulado “Por fin….Paula” o “Por fin parió Paula”, (por ejemplo, este dicho, significa las albricias que se tiene cuando se espera algo, y por fin llega); equivalente a la exclamación “eureka” del matemático griego Arquímedes de Siracusa, al descubrir la relación entre el volumen de un cuerpo sumergido y la fuerza de flotación que el cuerpo experimenta.

      Allí en el artículo referido del escritor Jaramillo Arango, se dice que la semilla del folclor y Diccionario Antioqueño, la sembró el gran general Rafael Uribe Uribe. “Él definió la materia, la enseñó y hasta publicó un libro sobre vocabulario”. La política y la guerra lo apartaron de su estudio, pero su cimiente continuó germinando y nació de ella el estudio del folklore Colombiano.

      Mucho más tarde, otro paisa, el sonsoneño Benigno A. Gutiérrez, vuelve sobre el tema y lo actualiza.

      Llega después, el más grande de todos (dice el doctor Euclides), el folclorólogo Guillermo Abadía, quien publica textos completos y enseña lo que es la materia. Y sigue haciendo el maestro Euclides Jaramillo un recorrido histórico de la evolución del folklore en nuestro país, y del errado concepto que de él se tiene, lo cual en el progreso de esta lectura, se van mostrando, así sea de manera tangencial por no ser el motivo de fondo de este escrito; más aún tomemos a guisa de proemio, lo hasta aquí dicho.

     Es del caso hacer la siguiente aclaración: Esta exposición omite a propósito, definiciones, categorías y clasificaciones, así como el análisis sobre el origen o proveniencias de nuestros Mitos, ya que no es la razón central de la exposición; además, porque de ello se han encargado a través de todo el tiempo expertos investigadores y folclorólogos de sobrada autoridad que tampoco es del caso mencionar; la relación se haría muy larga.

      Siendo así las cosas, solamente me remitiré a citas no tan relevantes sobre el tema, pues a decir verdad, mi investigación ha sido más de campo que de oficina o bibliográfica, o mejor dicho, aunque sin salirme del marco histórico y sabiendo además que los mitos no pueden facturarse a una región determinada dado que su pasaporte es universal, si es del caso como ya lo he expresado, decir que por razones de mi profesión (militar), pude andar a pie casi toda nuestra geografía colombiana y sobre todo compartir con todos los estratos de cada región y naturalmente convivir con mis paisanos, caquetenses o caqueteños (gentilicio por costumbre) de donde soy oriundo.

     Al llegar a este punto, me permito hacer una digresión: Puesto que el gentilicio de los nacidos en el Caquetá según la Real Academia de la Lengua Española, es “Caquetense”, la costumbre (fuente de la lengua y también del derecho), es nominarse como “Caqueteños”.  Teniendo en cuenta que la temática de este ensayo está dirigida al costumbrismo, no veo bien, ignorar ninguno de los dos gentilicios.

     Recuerdo muy bien que cuando le presenté al escritor costumbrista Euclides Jaramillo Arango, la “compilación de dichos” y le pedí el favor de prologarme el libro, encontró entre todos uno que decía: “conmigo y la mata de lulo, no se limpiará ninguno”, a lo cual él en su manera jovial de proponer las cosas, me dijo: Estimado Mayor, el prístino dicho es como sigue: “Conmigo y la mata e´ lulo, ninguno se limpia el culo”, por lo que le recomiendo cambiarlo.

    Similar sugerencia, le hizo al escritor y folclorólogo Doctor Jaime Sierra García, al recibir y leer el “Diccionario Folklórico Antioqueño”. Cuando el Profesor Sierra al referirse al gato, dice algo así,  como que este animalito esconde su caca porque es muy aseado, la leyenda en cambio dice, que el gato tuvo una mala pasada en sus relaciones con su primo el tigre y éste le sentenció así: “Te perseguiré de por vida y hasta por tu cag… te he de encontrar”.

      Entonces, no se molesten los académicos por emplear uno u otro gentilicio. El tiempo que es el medio por el que viene y aviene la tradición y la costumbre irá decantando lo mejor con lo que uno se siente y según en el lugar en donde se encuentre.

      Bajo los anteriores presupuestos, quienes puedan leer estas líneas, verán que hay algunas leyendas que parecerán oriundas de otras regiones (seguramente será así), pero como se podrán dar cuenta, aquellas han sido trasplantadas en tierra fértil, como es el Caquetá, a través de la colonización; (más adelante hablaré de ello); de ahí mi aclaración de que los Mitos y las Leyendas no tienen fronteras, pero al mismo tiempo, la universal aceptación en el sentido de que existen unas regiones (sin saberse porqué), más aptas que otras, para mantener la supervivencia o la cultura del pasado y al parecer, es en donde no ha entrado la técnica moderna. ¿Será acaso que en donde hay menos adelantos industriales hay más cultura, y viceversa?

     Pues si nos atenemos a la definición primigenia, (ahora se ha extendido a lo más moderno) de lo que es el Folklore, y sin entrar en profundidad, éste se define como el conocimiento del pueblo y la transmisión de ese conocimiento, (no tan académica), a través de la tradición.

     Lo cierto es que a lo largo del tiempo a veces se entremezcla el “Mito con la realidad” y el primero origina parte de la ciencia como inicio de la ficción.

     El Mito ha trascendido fronteras y deja sus rastros pictóricos desde el arte rupestre hasta nuestros días y en esta constante, quizás hasta el fin de la historia. De la misma manera como el método de investigación inductivo va de lo particular a lo general, el mito va de lo local a lo universal. Aunque “nadie es profeta en su tierra”, Leon Tolstoi (escritor ruso 1828-1910), decía, “si quieres ser universal, describe tu aldea”. La historia nos está demostrando que así es.

     Euclides Jaramillo Arango, dice:

     “Literatura y pintura sean ingenuos, primitivistas, académicos, abstractos, realistas y demás, van de la mano…. Constituyen por decir, seres con vida propia, porque son creaciones (…)”

     Pero es que a través de los Mitos y Leyendas, encontramos en común sentimientos de Patria en lo autóctono, raizal, regional, costumbrismo y medio ambiente.

Ya se ha dicho, en materia de Mitos y Leyendas, proverbios y otras expresiones culturales, difícil encontrar autor y origen diferente a las de la imaginación de los pueblos de donde proceden. Es algo así, como las garzas. Existen muchas, pero nadie sabe dónde “ponen”. Muchas extraídas en lo raizal doméstico, otras tantas influenciadas de España, África e India Americana y aún de orígenes más remotos, en lo islámico y grecorromano, lo que anuncia su lejana procedencia.

Es que el arte de cualquier manera es una expresión de filosofía, lo hizo Platón en el “Mito de la Caverna” y Homero en la Odisea para enseñar el valor de la vida. El intelectual Estanislao Zuleta explica con maestría desde el punto de vista psicoanalítico y antropológico, los significados de estos Mitos.

Reseñamos de los Mitos y de quienes los describen talentosamente en cualquiera de sus artes, el respeto por el Medio Ambiente.(tomemos por ejemplo el Mohán, “ente de razón”, que cuida la fauna, flora y especies ictiológica). De cierta manera cambiar el espíritu gregario propio de nuestra cultura tropical, y en este caso revivir nuestros Mitos y Leyendas, para que no solamente reluzcan en cada celebración pueblerina, sino que perduren en la mente, tal lo hacen otros, digamos los de Alihieri y similares, la música y demás entes folklóricos.

Verbi gratia: Dicen que la tierra siente, respira, llora, aguanta y se defiende cuando no se le respeta. La industria y los adelantos tecnológicos la acaban y de compensación le celebran un día al año con cánticos y poesías. La Gea no necesita de nosotros, pero no en la relación viceversa.

Cualquier cantidad de literatura existe, buscando una convivencia sostenible en el tiempo y sustentable en el ya; Congresos. Foros locales y mundiales buscando lo mismo.

Ni las políticas Ambientales utilizando medios persuasivos, restrictivos y punitivos, ni la Geopolítica Antropológica, han logrado persuadir a los pueblos para superar la inveterada costumbre de atentar contra la tierra, nicho natural de la humanidad.

Muere una mariposa en el Amazonas, el pulmón del mundo se reciente. Paradójicamente existe el “principio mundial del Medio Ambiente”, que el que daña (el medio ambiente), paga; pero aquí, si, aquí en nuestro suelo, el hombre en desequilibrio, derrama más de un millón de galones de crudo, destruye miles de hectáreas de flora y especies faunísticas (sin contar los daños por fabricación de alucinógenos), y ninguna autoridad ambiental nacional o mundial se inmuta. Ningún movimiento social no gubernamental hace algo para evitarlo. “Aquí no ha pasado nada, nada de particular”-

¿Cuándo será -decía Karl Ritter-, en su obra “La Geografía Comparada”, en que los humanos de sólida mente, por su comprensión de los aspectos morales y materiales, serán capaces de orientar y prever el futuro desarrollo de cada nación de la tierra?.

De la mano del costumbrismo y la cultura y a través de este género folklórico de “Mitos y Leyendas” (sin desconocer otras expresiones autóctonas) expuesta en este escrito, se presenta una aproximación en lo que al parecer puede dividirse la tópica de este tema.

Desde ya, acato con humildad, toda crítica que ayude a robustecer los conceptos aquí expuestos, pues me presento solo como un amante de nuestro folclore regional, lejos de ser investigador en rigor; como al principio dije, mi trabajo ha sido más de campo que bibliográfico.

Por razones de espacio, termino aquí esta primera parte, la cual (propincua al tema), y según lo prometido, continuaré luego.

rsaldanaa@hotmail.com

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