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La acusación que tiene al príncipe Andrés al borde de un juicio en EE. UU.

 

       Cada vez parece más probable que el príncipe Andrés de Inglaterra tenga que enfrentar un proceso civil en Nueva York luego de ser acusado de agresión sexual en agosto de 2021 por Virginia Giuffre. Un caso que, según analistas, puede llegar a sacudir a la monarquía británica tal como lo hizo hace más de 20 años el escándalo entre Carlos y Diana.

       Esta semana, los abogados de Andrés exigieron “un juicio ante un jurado de todos los motivos invocados en la denuncia” civil presentada por Giuffre, de 38 años, quien lo acusa de haberla abusado en tres ocasiones en 2001, cuando ella era menor de edad.

       Este inusual pedido ocurre luego de que un juez no tuviera en cuenta todos los recursos que usó la defensa del príncipe para desestimar la acusación.

      Y si bien las partes aún pueden llegar a un acuerdo económico extrajudicial, algo usual en la mayoría de los casos de este carácter, este en particular es mucho más complejo de analizar.

       “El caso es potencialmente sísmico. Incluso ahora, aunque ambas partes dicen que quieren que un juez decida este caso civil, la probabilidad de que esto sea resuelto por fuera de la corte es del 95 por ciento, como ocurre con la mayoría de estos casos. Sin embargo, es muy poco probable que Virginia Giuffre no se conforme solo con el dinero, mientras que él niega haber actuado mal. Si llega a los tribunales, será una causa célebre internacional”, le explicó a este diario el británico Richard Fitzwilliams, comentarista de la realeza.

       Nicholas Witchel, corresponsal de la BBC para asunto de la realeza, asegura en un artículo publicado esta semana que la defensa de Giuffre quiere llevar esta causa hasta que se inicie el juicio, lo que distanciaría aún más la posibilidad de un arreglo.
       De llegarse a concretarse el juicio, el proceso tendrá una enorme repercusión para la familia real británica y manchará los 70 años de la llegada al trono de la reina Isabel II, que se cumplen en febrero y cuyas celebraciones marcarán el año en el Reino Unido.
        “Este caso es importante por las circunstancias: el 6 de febrero, la reina Isabel se va a convertir en la primera mujer en la historia en cumplir 70 años en el trono. Nunca un monarca británico ha llegado a esta cantidad de años. Es un golpe más duro con respecto a la crisis de Diana porque en ese entonces se cuestionaba el adulterio, pero en este caso hay una cuestión de violación a menores”, explicó a EL TIEMPO el analista internacional de la política británica, Isaac Bigio.

        Los detalles del caso contra el príncipe Andrés

        Como siempre lo ha hecho, el príncipe niega “categóricamente” punto por punto en el documento judicial de sus abogados las acusaciones de Giuffre. Ella, que antes de casarse se llamaba Virginia Roberts y que reside actualmente en Australia, fue víctima del magnate estadounidense Jeffrey Epstein, quien se suicidó en la cárcel en 2019 en extrañas circunstancias, y de su cómplice, la británica Ghislaine Maxwell, reconocida culpable en diciembre en Nueva York de tráfico sexual de menores.

      Giuffre acusa al príncipe Andrés de haber abusado sexualmente de ella en Londres, Nueva York y las Islas Vírgenes estadounidenses, en las residencias de la pareja de depredadores sexuales Epstein-Maxwell, cuando ella tenía 17 años.

      Antes de que la defensa pidiera que se abriera un juicio para resolver el asunto, los abogados del príncipe enarbolaron un acuerdo que Giuffre firmó en 2009 con Epstein, a cambio de medio millón de dólares para evitar ser denunciado en la justicia en el futuro. El acuerdo lo involucraba a él y a “otros acusados potenciales”.

       Sin embargo, esa última frase fue desestimada por la justicia. El juez extensamente y concluyó que este tribunal “no puede reescribir el acuerdo de 2009 para otorgar al acusado derechos donde en el acuerdo claramente no manifiesta una intención de otorgarlos”.

        No obstante, un eventual juicio en Nueva York no excluye que ambas partes lleguen a un acuerdo financiero, pese a que el abogado de Giuffre, David Boies, había advertido hace dos semanas en la BBC que una simple indemnización no le bastaría a su clienta.
El abogado neoyorquino de la demandante Bois expresó la noche del miércoles en una declaración ofrecida a la AFP su “impaciencia de confrontarse con el príncipe Andrés, sus negaciones y sus intentos de culpar a Guiffre durante su declaración y durante su proceso”.

        Según la prensa británica, el príncipe saldó recientemente un diferendo por una deuda de 6,6 millones de libras esterlinas (cerca de 8 millones de euros), con la venta de un chalet en Suiza que había comprado en 2014 por unos 21 millones de euros (unos 23,6 millones de dólares).

Maxwell, amiga del príncipe Andrés y en esta imagen junto a Epstein, fue calificada por una de las presuntas víctimas como la “madame” de la operación de tráfico sexual.
      A finales del año pasado, el juez Lewis Kaplan, del tribunal de Mahanttan y que el pasado 12 de enero rechazó el último recurso del príncipe para archivar el caso en el que se alegaba que Giuiffrey había firmado un documento de confidencialidad con Epstein, adelantó que un proceso civil tendría lugar entre “septiembre y octubre” de 2022.

        Pero mientras todo esto se resuelve, las presiones sobre la monarquía seguirán al límite en el año en el que la reina Isabel celebra su aniversario 70 como monarca y el príncipe Andrés sigue cayendo en desgracia. Para alivianar la presión, la corona despojó al hijo consentido de la monarca todos los títulos honoríficos.

       “No tenía otra opción para no ser vista como cómplice, y ese tuvo que ser uno de los tragos más amargos de su vida, al mismo nivel de la muerte de Diana de Gales, o la renuncia de uno de sus nietos a las prebendas monárquicas”, opinó a propósito de esta decisión Luis Alberto Villamarín Pulido, analista internacional.

       Según juristas neoyorquinos, Andrés tendrá que hacer una declaración bajo juramento en el despacho de un abogado, probablemente en Reino Unido, y responder a las preguntas de la defensa estadounidense de la denunciante. Sus respuestas serán sometidas después como pruebas ante un jurado encargado de definir una indemnización económica para la denunciante.

         Para los expertos, el príncipe tendrá que comparecer en algún momento, ya que de lo contrario, podría ser juzgado en ausencia y de manera “desfavorable”. La demanda por lo civil de Giuffre no podrá ser convertida automáticamente en una demanda penal por crímenes sexuales. Aunque nada impedirá en el futuro que los fiscales federales estadounidenses inicien diligencias penales contra Andrés si consideran que efectivamente, ha podido perpetrar un delito y si es que todavía no ha prescrito.

CARLOS JOSÉ REYES GARCÍA
REDACCIÓN INTERNACIONAL El Tiempo

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