Lo oculto, la oleada y la carnada
Por Iván González
La señora General Comandante, del llamado del Comando Sur de sus Fuerzas Armadas estadounidenses, ha publicado un video en las redes denunciando el avance de los intereses chinos sobre las naciones suramericanas. A manera de diplomática alerta sobre ese avance contra nuestras soberanías. Así sea motivada por ocultos intereses norteamericanos en el dominio mundial.
Y sin mencionarlo, pero por deducción de contexto, no solo en Argentina sino también en nuestras aguas soberanas del Pacífico próximas a la isla de Malpelo. Por parte de flotas de pesqueros asiáticos que vienen clandestinamente a sacar la gigantesca reserva marítima de la corriente de Humboldt.
La misma que trae las migraciones de ballenas desde el polo sur a las aguas colombianas en la temporada de apareamiento. Por la calidez del océano y la abundancia alimenticia que arrastra la gigantesca corriente oceánica. Nuestra propiedad que los asiáticos la seguirán destruyendo a base de depredación.
Lo cual facilitamos por el descuido en cuidar la soberanía marítima. Y por nuestra grave ignorancia en “Geopolítica” sobre los recursos y oportunidades de nuestra privilegiada naturaleza y ubicación global.
El mismo desinterés por el cual nos fue arrebatado el istmo colombiano por parte de los Estados Unidos. Quien ahora se muestra amistoso haciéndonos caer en cuenta de lo que estamos perdiendo, cuando fueron ellos mismos quienes iniciaron la amputación de nuestra soberanía arrebatándonos a Panamá. Paradojas de los más osados y atrevidos.
Pero que, aunque eso es realidad, debemos admitir que la alerta de la general sobre nuestro océano también es totalmente cierto. Así sea sin mencionar, por sutileza y conveniente diplomacia, que sus coterráneos nos quitaron, el istmo. Para ahora mostrase ser nuestro aliado advirtiéndonos sobre lo que nos quitan los asiáticos. Ni que también la General se motiva porque, igualmente, tienen interés en cuidar para ellos nuestro océano.
Así que si no son los chinos son los gringos quienes ponen los ojos en nuestras riquezas que erradamente ignoramos.
En varias ocasiones observamos, desde el aire, barcos extranjeros pescando en nuestras aguas. Y en conversaciones con pescadores artesanales colombianos en el Pacífico, nos confirmaban que eso es verdad y muy frecuente. Que se lo han dicho a las autoridades pero estás no hacen nada al respecto.
La pesca de tiburones para amputar las aletas y balleneros es corriente, por parte de barcos japoneses, coreanos y chinos.
Los pesqueros factoría atrapan los peces al mismo tiempo que hacen la navegación procesando. Para llegar a los puertos asiáticos con los productos listos para ingresar a la cadena comercial.
Por eso nuestras relaciones con esas naciones también debe ser permanentemente monitoreadas y puesta en constante valoración. En especial con los chinos que son los más usurpadores. Y hasta con los coreanos, que por gratitud con Colombia, deberían ser los más prudentes.
No sólo el coronavirus se propaga peligrosamente. Los chinos han iniciado un tsunami de migración humana en todas partes del mundo. Están invadiendo naciones y apoderándose de sus riquezas para su exclusivo beneficio personal en perjuicio de los demás países.
Ya es común verlos en muchas partes. No solo del mundo sino incluso hasta en el propio territorio colombiano, como Medellín, dónde era exótico que apareciera uno por estos lados. Muy pronto se verán las famosas Chinatown en toda Colombia. Como ya existen en Venezuela, Centroamérica y Estados Unidos.
Esa oleada amarilla se está convirtiendo peligrosamente en una pandemia que si no prevenimos adecuadamente nos reducirá al esclavismo propio del comunismo chino. Y nos dejan con los bolsillos rotos ingiriendo todo cuanto encuentre que tenga valor
Porque los gringos ya los tenemos metidos por todos lados injiriendo en muchos asuntos internos. Cuando no es arrebatando soberanía. O amenazando con cercenar más, como lo hizo el mismo Comandante del Comando Sur al presidente Alfonso López, o exigiendo acabar con la coca que ellos tanto quieren comprar.
La carrera por el dominio global de las potencias nos está convirtiendo a las demás naciones en carnada de anzuelo en caña de pescar. Estamos advertidos.
