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Caudillismo no, proyecto político-estratégico a largo plazo si.

Colombia no necesita mesiánicos caudillos salvadores. Requiere un proyecto político de integración nacional.

Miércoles 3 de enero de 2024

Editorial N° 26

Surgido en la década de 1960, hijo de la violencia tripartidista entre liberales, conservadores y marxistas-leninistas, el narcoterrorismo comunista contra Colombia, solo ha traído atraso y tercermundismo.

Es herencia de polarización irracional originada por incendiarios de lado y lado, alejados de la necesaria industrialización del país, pero, pugnaces y promotores de vanidades propias de época colonial española.

Contrario a pródigas riquezas naturales, alto coeficiente intelectual de muchos compatriotas, alegría característica de nuestra raza, privilegiada posición geoestratégica, y, enorme potencialidad agroindustrial, turística, minera, educativa, de investigación científica, etc., desde el grito de independencia en 1810, a la fecha hemos vivido la Patria Boba.

Razones: Débil institucionalidad, caudillismos a granel, violencia atávica e irracional, pésima calidad moral y profesional de muchos dirigentes políticos, falta de proyectos estratégicos, ignorancia rampante de la prospección geopolítica colombiana, clientelas electorales que suplen a inexistentes partidos políticos, y la lista sigue.

El remedio es estructural. Comienza por institucionalizar partidos y movimientos políticos. Ninguna de las 37 colectividades actuales, carentes de programas afincados en ideología, identidad, estrategia, organización y cultura organizacional, concretarán la transición transformadora que urge hace años.

Solución: Crear, empoderar, fortalecer y multiplicar un partido político que sea institución sólida por dentro, para que, mediante consistentes programas de desarrollo y seguridad nacional, irradie fortaleza institucional en el ejercicio del poder, con base en gobierno, gobernabilidad, gobernanza, autoridad, conducción de los asuntos públicos, respeto a la constitución y las leyes, e integración regional.

El tiempo apremia y obliga actuar pronto. Es compromiso colectivo nacional. No de personas en particular, ni líderes mesiánicos o caudillos salvadores. Tales dirigentes políticos han gobernado a Colombia por más de dos siglos. Los resultados están a la vista.

Superar dichos escollos requiere un proyecto político de integración nacional, no iluminados, ni populistas, ni los mismos de siempre, ni mucho menos comunistas, expertos en instigar odio, violencia y caos.

Gobernar es administrar, transformar y desarrollar proyectos para beneficio común del país. No del caudillo de turno. La respuesta está en un partido serio, estructurado y fuerte.

Manos a la obra,

 Les habló LAVP.

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