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En Colombia ser “pillo” paga

      Por Lola Portela

     “Otra pata que le sale al cojo”, diría mi vieja Lola.

     Y es que a pesar de todos los cuestionamientos e investigaciones por el llamado “Pacto de la Picota”, ya que cabe anotar que Juan Fernando Petro es cuestionado porque al parecer, extraditables y narcotraficantes habrían aportado dinero a la campaña de Gustavo Petro a cambio de formar parte de la Paz Total. Y lo que esto conlleva, dadas las negociaciones “secretas” a cambio de beneficios y dineros producto de la delincuencia, para la campaña “Petro Presidente”, pues resulta que Juan Fernando Petro y su esposa hoy pueden viajar, por el mundo entero, con pasaporte diplomático. Y, además, sin cumplir con las condiciones para portar dicho documento.

    Entre tanto, la mayoría de los colombianos, honrados, que requieren un pasaporte se quejan por las demoras que está presentando el sistema para tramitarlo.

    Juan Fernando Petro, más allá de ser el hermano del presidente de la república, Gustavo Petro, es un ciudadano de a pie; no tiene ningún cargo público, tampoco desempeña ninguna función oficial, luego no hay motivo para portar un pasaporte diplomático.

    Lo más delicado del tema es que el pasaporte diplomático lo utilizan solo presidentes, embajadores, ministros y altos funcionarios del Estado y el hermano del presidente ni su esposa tienen esa categoría.

   Y, además, este tipo de pasaporte con tan solo presentarlo en un aeropuerto, las autoridades abren las puertas sin revisar equipajes. Mejor dicho cuentan con una especie de inmunidad para los controles de seguridad, sin importar qué transportan, una ventaja que va más allá de simplemente ahorrarse la fila en migración.

   Y, adicionalmente, en varios países que exigen visa, el pasaporte diplomático ahorra ese trámite.

    El pasaporte de Juan Fernando Petro fue expedido por el Ministerio de Relaciones Exteriores el 13 de octubre de 2022. Es decir, dos meses después de que su hermano se posesionara como presidente de la república. El documento tiene vigencia hasta el 15 de enero de 2025.

     Al revisar la Resolución 6885 de 2023 en la que se especifica qué colombianos pueden tener derecho al pasaporte diplomático, no se muestra en ese grupo a los hermanos del jefe de Estado. Los únicos parientes que aparecen son los cónyuges y los hijos. No se menciona a hermanos, ni mucho menos a las cuñadas.

    Sin embargo, la señora Beth Levy Bethel, de nacionalidad colombiana, nacida en el municipio de Lérida y esposa de Juan Fernando Petro, también tiene pasaporte diplomático.

     En el numeral 4 del artículo 25 de la resolución dice que los colombianos que viajan al exterior en cumplimiento de una misión diplomática de carácter temporal pueden tener ese tipo de pasaporte, pero si fuera ese el caso, la misión “temporal” no duraría dos años y tres meses, que es el tiempo de vigencia que tiene el pasaporte de la mujer. Y si fuera ese el caso, Bethel no podría ser beneficiada con el exclusivo documento, eso lo deja claro el artículo 27 de la misma resolución.

     Para Manfred Grautoff, consultor de seguridad, el hecho de que un pasaporte diplomático esté en manos equivocadas es más que irregular porque con él se puede pedir ingreso a lugares a los que no tiene acceso una persona del común, argumentando ser funcionario diplomático. “Álex Saab y su esposa tenían pasaporte diplomático de Venezuela, se lo dio el Gobierno de Maduro”, recordó Grautoff.

     Lo dicho: en Colombia “los pillos” tienen muchas ventajas y beneficios. Los demás hasta son señalados de ser opositores, por decir, mostrar o informar la verdad.

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