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Fiasco de la paz total de Petro, tras manipulaciones del Eln y las Farc, corrobora que Colombia necesita un proyecto político con brújula de estadistas

Columna editorial N° 10

Colombianos:

Les habla Luis Alberto Villamarín Pulido

Solamente la estrategia con objetivos definidos, líneas precisas, fases establecidas, compromiso total, militancia integral y cultura política organizacional, produce éxito en la administración del Estado.

Implica que las instituciones públicas y privadas se robustezcan e impulsen el ilimitado ímpetu de la mejoría.

En indelegable condición de soportes de la democracia, corresponde a los partidos políticos hacer la reingeniería interna, para que de su seno salgan los mejores candidatos con visión y acción de estadistas.

Deben ser instituciones fuertes, para que cuando algunos de sus militantes ejerzan cargos públicos, sea por elección o por nombramiento, sus ejecutorias graviten alrededor de institucionalidad, políticas de Estado y programas a largo plazo.

Acumulamos varias décadas en que, por indiferencia e inacción, los colombianos hemos permitido que la paz sea manejada como asunto particular entre el presidente de turno y los terroristas… Y para colmo de males, que la guerra sea un asunto de soldados y policías contra las guerrillas.

En ambos casos, la población ha estado ausente y polarizada, pero, dejando hacer y dejando pasar. La razón: no hay partidos políticos con criterios de militancia en torno a cultura organizacional y doctrina programática.

En ese esquema, la paz total de Petro será quimera, ilusión perdida y engaño a Colombia.

La solución al problema está en el pueblo colombiano, “superior a sus dirigentes”, como diría Gaitán, hoy muy presionado por la incertidumbre generada por el rampante populismo sin norte.

Las alternativas escasean, pero imponen, construir un proyecto político serio, que encare la paz con objetividad, sin imposiciones ni manipulaciones de los terroristas y sus cómplices, con el imperio de la autoridad, con respuestas integrales de Estado en búsqueda del bienestar general sobre los conceptos de desarrollo y seguridad.

En síntesis, un partido político con compromiso, vocación, militancia y activismo, en el cual todos sus afiliados seamos parte de la respuesta a los retos que acumulados y no simples espectadores o marionetas de comerciantes de votos y empresas de contratistas, autodenominadas partidos y movimientos políticos en Colombia.

Cambio drástico e impostergable.  Manos a la obra

Les habló Luis Alberto Villamarín Pulido

 

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