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“La regla de la mayoría” en la democracia y los cambios estructurales necesarios

     Por Rosa Lia Medina de López

     Miembro del Equipo Fundelt # 01 de Planeación y direccionamiento estratégico.

     Para la democracia moderna juega un rol decisivo la llamada “regla de la mayoría”, entendida como el derecho a que se adopten sus propuestas a pesar de existir diversidad de ellas, lo cual ha llevado a que se entienda equivocadamente como democracia a las decisiones mayoritarias e inclusive cuando las opiniones difieren en pequeña diferencia de porcentaje.  Sin embargo, muchos sistemas democráticos no utilizan tal regla, o la restringen mediante sistemas de elección rotativos, al azar, con una segunda vuelta, con el derecho al veto, etc., ya que en determinadas circunstancias “la regla de la mayoría” puede ser anti-democrática cuando afecta los derechos de las minorías o de los individuos en particular.

     Como es bien sabido, la democracia es una forma de organización de las personas, cuya principal característica es que el poder nominalmente reside en la totalidad de sus miembros, haciendo teóricamente que la toma de decisiones parezca responder a la voluntad colectiva. Puede ser:

     a) directa, cuando las decisiones corresponden siempre a la voluntad consultada de todos los asociados, hoy en dia por la gran facilidad que supone el voto electrónico;

    b) indirecta o representativa, cuando las decisiones las toman personas reconocidas por los asociados como sus representantes, mediante diferentes tipos de procesos electorales, pero que en la actualidad se alejan cada vez mas de sus electores; y

    c) constitucionalmente participativa, cuando se aplica un eficiente modelo de procesos, que facilite a los asociados ejercer su influencia directa en la deliberación y en la toma de decisiones, modelo que por supuesto debe existir explícitamente en la Constitución Nacional de los asociados. Son formas no excluyentes de la democracia y generalmente se presentan en combinación ó complementariamente unas de las otras.

     El término democracia se utiliza también para indicar una forma de convivencia y organización social menos piramidal y con relaciones más igualitarias entre los asociados. En la práctica hay muchas variantes del concepto democracia, algunas llevadas a la realidad y otras simplemente hipotéticas. Las democracias reales suelen ser complejos mecanismos articulados con múltiples reglas de participación en el debate y en la decisión, en los que el poder se encuentra en múltiples ámbitos, existe variedad de controles, contrapesos y limitaciones que permiten la conformación de distintos tipos de mayorías, preservar los ámbitos básicos para las minorías y garantizar los derechos de todos los grupos sociales y de los individuos.

     La democracia participativa es un proceso que enfatiza y promueve como fundamental, la real participación de los asociados en la comprensión, dirección y operación de un sistema; crea oportunidades para que todos los miembros de un grupo puedan hacer significativas contribuciones en la gestión y vigila las características de las personas que tienen acceso a esas oportunidades; considera necesaria la circulación oportuna de una gran cantidad de información para que todo el proceso decisorio sea justo y exitoso, y por tanto otorga la máxima importancia a la tecnología y a los medios de difusión más eficientes y de última generación, capaces de llegar a todos los asociados fomentando la creación de conocimiento. Algunas escuelas consideran necesario reemplazar el término de “democracia participativa” por la de “actividad basada en la comunidad”.

     Parece existir una relación directa entre democracia y riqueza, en el sentido de que a mayor nivel de democracia también mayor PIB “per cápita”, mayor índice de desarrollo humano y menor índice de pobreza. Pero varios autores discrepan en hasta qué punto la democracia es responsable de estos logros por lo que utilizando series matemáticas temporales en rigurosa metodología han encontrado que:

      a) el desarrollo económico crea mayor democracia, y b) la democracia como “regla de mayoría” por sí misma no crea desarrollo económico. En realidad, se trata de un proceso material, por el cual un mayor nivel de ingresos favorece mayores niveles educativos, agrupaciones de personas más articuladas, mejor informadas y preparadas para intervenir en todos los niveles sociales en los cuales participen.

       Estas reflexiones apoyadas en conceptos de diferentes autores, presentados en diversos artículos de la importante revista  “American Political Science Review” ( relacionados con diferentes  tesis sobre el Desarrollo Económico y la Democracia ) son traídos nuevamente a revisión con el propósito de discusión y establecimiento en Colombia de una gestión agroindustrial rural con criterio integral, empresarial y sistémico que permita reunir las bondades de la industrialización y las del ámbito rural, incrementando significativamente los ingresos de los empresarios productores agropecuarios y de otras áreas relacionadas, para un mayor desarrollo económico y por tanto para la posibilidad de ejecutar mejores planes y proyectos en beneficio de todos los asociados, con miras al crecimiento del bienestar general y la descongestión del sector urbano del país, lo que exige cambios estructurales en la forma de operación, a la luz de las más modernas prácticas de producción, procesamiento, comercialización y manejos administrativos orientados por normas técnicas internacionales que promueven el logro de la excelencia organizacional.

     Sería muy importante recibir ojalá de todos los interesados en el sector rural colombiano, proyectos viables debidamente formulados a nivel de pre-factibilidad, desde el punto de vista económico-financiero, para proceder entonces dentro de una real democracia participativa, a escoger los mejores y buscar su apalancamiento. 

     Igualmente sería necesario recibir buenas ideas de conciliación regional entre  la antigua estructura agropecuaria de producción, con los modernos grupos de gestión por procesos, procedimientos e indicadores de gestión, forma administrativa de relativa fácil implementación de conformidad con las  recomendaciones de las normas ISO 9004-2000 y subsiguientes, consideradas la mejor manera de garantizar la creación de una cultura organizacional enfocada en la calidad total, que promueva el desempeño colectivo de lideres, gestores y asociados, para que estimulen el interés por el trabajo en equipo y para que generen un ambiente altamente participativo, como seria medida para el logro debidamente programado en el corto plazo de la producción de alimentos destinados al autoconsumo de los productores, para las necesidades seriamente establecidas del consumo nacional y la consecución de mercados a futuro para exportación, como fuente de divisas y ahorro para nuevos desarrollos alternativos.

       Se trata de uno de los macro-programas para el Objetivo No. 3 en el Proyecto Político estratégico “Reunir” de Fundelt,  para la  promoción de un modelo económico altamente productivo.

 

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