Identidad organizacional requerida para proyecto político transformador en Colombia
Editorial N° 16
Lunes 11 de diciembre de 2023
Colombianos, les habla Luis Alberto Villamarín Pulido
Los ejércitos victoriosos fortalecen su identidad organizacional, por medio de elementos intangibles del poder relativo de combate, tales como: mística institucional, disciplina interna, constante perfección en el entrenamiento, patriotismo, códigos de honor, formación profesional de los comandantes, moral combativa y amplio conocimiento del ambiente operacional.
Por analogía, para que un partido político sea exitoso en el ejercicio preelectoral, en las urnas y en la administración pública, debe ser fuerte internamente en aspectos intangibles similares. Así, su quehacer será sólido y consistente.
La identidad Organizacional es un estado colectivo de sinergia, derivado de credos compartidos por todos los militantes del partido. Es un conjunto de conceptos que determina lo sutil de la organización, alrededor de la motivación, las regulaciones determinadas por la normativa interna y los programas de gobierno; contenidos estructurales, que por sus alcances, marcan la diferencia entre militantes eficientes y montoneras maleables a los mejores postores.
Por tratarse de elementos intangibles comparativos con otras agrupaciones políticas en el ejercicio del poder, la Identidad Organizacional de un proyecto transformador, exige dinámica permanente, creatividad y priorización en todas las tareas de difusión, educación política, organización y estructuración integral, simultánea y sostenida, de la cultura organizacional en su contexto.
Sin identidad, no hay militancia que pueda asimilar y practicar una ideología política definida, una estrategia política completa, o, que pueda articularse dentro de una estructura organizacional, jerarquizada en niveles de conducción estratégica, dinámica operativa, activismo táctico y construcción de bases de partido dentro del conglomerado social.
Dicho de otra manera, sin identidad compartida por la militancia, es imposible amalgamar todos los componentes de la cultura organizacional del partido político que necesita Colombia, para salir del atolladero.
Urge por lo tanto, robustecer la identidad organizacional, antes que pensar en candidatos, salvadores mesiánicos, o subyugaciones inaceptables a los “experimentados” dirigentes políticos tradicionales, quienes con el argumento engañoso de que son conocedores de la política, porque son astutos y habilidosos para urdir componendas, los colombianos debemos seguir atados a sus intereses personales, pero no los del país.
Manos a la obra,
