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Rusia podría usar una “bomba sucia” como pretexto para lanzar ataques nucleares contra Ucrania

     Con base en informes y análisis técnicos procesados y evaluados por los servicios de inteligencia occidentales, algunos funcionarios oficiales de alto nivel de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia advirtieron al mundo, que Rusia podría usar una “bomba sucia” como pretexto para lanzar más ataques demoledores en Ucrania.

     El esfuerzo conjunto y sorprendentemente público, para desenmascarar la presumible maniobra rusa de guerra sicológica, materializado por medio de una declaración conjunta emitida el domingo 23 de octubre de 2022 por los tres gobiernos aliados, reflejó la creencia en Washington, Londres y París, de que por orden expresa del presidente Vladimir V. Putin, los comandantes militares rusos, pueden estar preparando el terreno para desatar una fuerte escalada en la guerra, pese a la proximidad del invierno.

      Aunque los funcionarios franceses, ingleses y estadounidenses, dijeron que no han detectado cambios en la postura nuclear de Rusia y que por extensión, creerían que no se ha tomado la decisión de usar un arma nuclear táctica, si dejaron en claro que su principal preocupación, es que Moscú de un peligroso paso en esa dirección.

      En ese sentido, el secretario de Estado Antony J. Blinken y otros altos funcionarios estadounidenses, señalaron el extenso historial de Rusia acusando a otros de hacer lo que Moscú está planeando realizar, y de intentar operaciones de “bandera falsa” que por su impacto mediático, podrían generar un pretexto para la intervención.

      El ministro de defensa ruso, Sergei K. Shoigu, afirmó el 22 de octubre de 2022 que Ucrania se estaba preparando para detonar una “bomba sucia”, arma letal compuesta por un explosivo convencional como la dinamita, combinada con desechos radiológicos. Y para dar premeditada validez a su advertencia, mediante una serie de conversaciones telefónicas con las representantes de las naciones de la OTAN el lunes 24 de octubre, repitió tal acusación el general Valery Gerasimov máximo comandante militar de Moscú,

      Una bomba sucia, no es un dispositivo nuclear; ni tiene nada del poder explosivo de un arma nuclear. Pero es un arma de terror efectiva, y la contaminación radiológica resultante puede hacer que varias cuadras alrededor del lugar donde se detone, queden inhabitables por largo tiempo. De contra, por tratarse de material nuclear, a menudo se puede confundir, en un debate público, una “bomba sucia” con un arma atómica.

      El múltiple intercambio de llamadas telefónicas entre funcionarios estadounidenses, de la OTAN y rusos se produjo después de más de seis meses, en los que las comunicaciones fueron escasas. Por lo tanto, la frecuencia repentina de las llamadas y las advertencias resultantes reflejaron lo que los funcionarios estadounidenses dijeron, que causa un mayor nivel de preocupación sobre el posible uso nuclear por parte de Rusia, en cualquier momento durante la guerra.

      El tira y afloje de la amenaza rusa llega al planeta, 60 años después de la crisis de los misiles en Cuba, cuyas lecciones han sido estudiadas y debatidas por los asesores del presidente Biden en las últimas semanas. Concluyen los asesores estratégicos de Biden, en que su preocupación es que Putin, frustrado por los reiterados fracasos de sus fuerzas convencionales, y los que al parecer seguirá teniendo, podría ahora buscar armas no convencionales, o fingir que está dispuesto a utilizar su arsenal nuclear, en evidente intento de romper la alianza occidental con Ucrania.

       La sorpresiva e inusual declaración conjunta de los jefes diplomáticos de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña tuvo ecos en torno a la medida anterior a la invasión de Ucrania, al exponer informes inteligencia colectivos acerca de las próximas acciones de Rusia, con la esperanza de complicar la narrativa para Putin.

Si bien no se cumplieron todas las advertencias occidentales de ese momento, algunas sí, pero por su parte, Putin no se desanimó de la ordenar la invasión a Ucrania.

La conversación inicial del viernes 21 de octubre de 2022 entre Austin y Shoigu tenía como objetivo delinear las líneas rojas que podrían provocar que Rusia lanzara un ataque nuclear contra Ucrania y aclarar a la administración Biden, por qué Putin ha estado planteando la posibilidad de acometer un ataque nuclear contra Ucrania.

Luego de esa llamada, los funcionarios del Departamento de Defensa se sorprendieron cuando, dos días después, Shoigu solicitó otra llamada, a las 7:30 a. m. del domingo 23 de octubre, en la que acusó a Ucrania de prepararse para usar una bomba sucia.

Dicha acusación, de la que Estados Unidos ha reiterado que no tiene fundamento, alertó a altos funcionarios militares y de defensa en el Pentágono, quienes expresaron la obvia preocupación de que Moscú podría estar usando la bandera falsa como una distracción, para enmascarar eventos más siniestros, máxime que un alto funcionario estadounidense anotó desde el anonimato, que hay preocupantes nuevos desarrollos relacionados con el arsenal nuclear de Rusia.

      No obstante, en una sesión informativa de rutina del Pentágono el lunes 24 de octubre, un alto militar estadounidense aseguró que no hay indicios de que Putin haya tomado la decisión de emplear armas no convencionales (nucleares, químicas o biológicas), pero tampoco ofreció detalles acerca de sus aseveraciones generales.

       Al mismo tiempo, otros funcionarios estadounidenses aseguran no haber detectado ningún movimiento de las casi 2.000 armas nucleares tácticas de Rusia. Es pertinente aclarar, que debido a que aunque las armas nucleares tácticas son pequeñas, pueden detectar la actividad de las fuerzas rusas con entrenamiento nuclear.

      Igualmente, el general Mark A. Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, habló con su homólogo ruso.  Los dos militares debatieron varios temas relacionados con la seguridad y acordaron mantener abiertas las líneas de comunicación.

      De esta nueva maniobra de propaganda negra rusa, queda claro que ante el asedio y la insuficiente capacidad para realizar maniobras tácticas o estratégicas con las fuerzas terrestres, Putin no puede dar el brazo a torcer, ni aceptar una derrota militar, que por sus connotaciones, le costaría el puesto de presidente y hasta la propia vida.

      Por lo tanto, presa del desespero y la presión sicológica, Putin podría “oprimir el botón rojo nuclear” argumentando que Rusia fue atacada por fuerzas ucranianas apoyadas por Occidente, con bombas nucleares, acción que le daría todos los motivos y justificaciones, para escalar la agresión contra los “enemigos de Rusia”, pues se trataría según su premeditada versión de una “necesidad de defensa existencial”.

      En consecuencia, como los gobiernos de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, saben que la posibilidad es demasiado alta y seria, están tomando medidas preventivas al mayor nivel y con la mayor seriedad.

      Así en medio de pandemia, contracción económica, crisis inflacionaria global, incertidumbre colectiva y fricciones del mayor riesgo de un cataclismo mundial, Rusia podría usar una “bomba sucia” como pretexto para emprender ataques nucleares contra Ucrania

      Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

       www.luisvillamarin.com

       Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

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