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Columna vertebral de la democracia y la libertad

Por Iván González U

Una de las técnicas pedagógicas más eficientes es la de enseñar usando ideas válidas de manera explícita, ya sean humanitarias, sociales, constructivas, democráticas o altruistas, pero ocultando pensamientos y comportamientos antisociales.

También la destreza docente profesional puede culturizar subliminalmente y en forma perversa y engañosa para todo lo contrario. Como por ejemplo el adoctrinamiento de guerrilleros ignorantes en el monte.

Eso es posible debido a la ingenuidad mental y la falta de malicia propia de la niñez y la juventud, quienes no poseen la capacidad ni la destreza mental ni las suficientes referencias para evaluar las ideas en contexto amplio.

Conocida esta poderosa ventaja mental, el comunismo encontró que los docentes colombianos eran la mejor escuela para adoctrinar al pueblo en sus perversa doctrina política y social. Donde los argumentos se pueden imponer por la fuerza.

Aprovechando que los mismos profesores también han sido un gran segmento poblacional de somera capacitación académica promedio. Y en especial de muy baja formación patriótica, moral y espiritual. Capacitación y formación, dos cosas diferentes que con frecuencia confundimos.

Después de que el criminal comunismo se impuso en Rusia con violencia, a comienzos del siglo XX, se lanzó a la conquista agresiva de todo el mundo incluida latinoamérica. Por medio de la despiadada “Internacional Socialista”, comenzó a llegar a Colombia en la década de 1920, convirtiéndose en una obligante moda colectiva. Empezando por el sindicalismo, el causante de la Revolución de las Bananeras.

Después, en la década de 1930, se infiltró en el liberalismo. Para, más tarde, a finales de 1950, ser reforzado con la deslumbrante pero engañosa y mortal revolución comunista cubana con el falso profeta Fidel.

Unido todo eso se dio el terreno abonado para el surgimiento del sindicato docente comunista revolucionario FECODE, para lanzarse al adoctrinamiento masivo de las juventudes colombianas.

Objetivo que, después de dos generaciones, ha engendrado las “Protestas Pacíficas” actuales con las que se disfrazan las bárbaras huestes de las “Pandillas Violentas”. Porque todo lo que es comunismo es de naturaleza intrínsecamente mentirosa, tramposa y timadora.

Ese engaño fue el que visualizaron algunos esclarecidos prelados colombianos que sucedería desde inicios del siglo XX. Cuando se promovía la reforma del Concordato, donde se negaba el monopolio de la educación católica a la iglesia. Aduciendo que la educación del pueblo es algo tan fundamental que debía estar en manos del Estado y no debía dejarse ni siquiera a la iglesia.

Algo válido pero tampoco debe estar a cargo de ideologías políticas extranjeras y mucho menos a la Comunista, pues teníamos de ejemplo los fracasos europeos. Como la cruel y sangrienta guerra civil española o las genocidas purgas de Lenin y Stalin, dentro de otras. Y ni así aprendimos en cuero ajeno.

Aunque también era necesario que hubiese libertad docente, no condicionada a una sola creencia religiosa, la verdad es que era lo menos malo.
Porque la otra opción abrió las puertas a la docencia ideologica comunista, que es lo peor.

Usando esa tramposa artimaña política la iglesia perdió su hegemonía cultural y catedrática y se filtró la comunista que durante un siglo ha ensangrentado nuestra nación.
Resultó más dolorosa y letal la medicina que la enfermedad.

Ahora debemos recomponer el camino acabando completamente con FECODE privatizando todo el sistema educativo.
Además de erradicar todo vestigio de comunismo violento que se fundamenta en la imposición de las ideas por medio de la fuerza de las armas. No hay otra alternativa.

Afortunadamente nuestras Fuerzas Armadas FF AA, han logrado mantenerse neutrales en los intentos de blanco de conquista por parte de los partidos políticos.
Y hasta de la confrontación de las creencias religiosas, que algunas veces han hecho empeños de influenciar demasiado en el gobierno y dominio de la nación. Para mantener una autoridad aunque no totalmente teocrática si bastante manipulada.

Razón por la cual las FF AA han logrado sostenerse firmes, más bien que mal. Aunque a veces casi a punto también de sucumbir, en medio de un inestable equilibrio entre las polarizaciones fanáticas partidistas o religiosas.

Con ello las FF AA se han ganado, aunque a costa de mucho esfuerzo, dolor y vidas, el derecho de ser vistas como el pilar fundamental de la nación durante algo más de dos siglos.
Al pan, pan. Y al vino, vino.

Violencia y democracia

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